El término nació de una vieja película de los años cuarenta, donde un hombre apagaba lentamente las luces de gas de su casa y, cuando su esposa lo notaba, él juraba que nada había cambiado. Día tras día, ella empezaba a creer que su mente le estaba jugando trucos… hasta que ya no supo si la realidad que veía era suya… o la que él quería que creyera.
En criminología, el gaslighting es un crimen sin huellas… pero con cicatrices invisibles. Una manipulación tan fina que no rompe huesos, pero sí quiebra la certeza de lo que somos. Y en muchos casos… es el primer paso antes de que la violencia escale a algo mucho peor.”
“Podcast de criminología, true crime, asesinos seriales, psicología criminal”
