Proverbios 12:16
El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto.
Dios mueve montañas, porque hace posible lo imposible. Así que hoy te digo que no cesen tus sueños.
Proverbios 15:1
La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego.
Para agradar al prójimo se necesita ser humilde lo que requiere que uno mismo reconozca sobre sus propias limitaciones y debilidades, sin en cambio el humillarse es el herir el amor propio y/o el abatir el orgullo por lo que el resultado de una respuesta agresiva puede echarle más leña al fuego y terminar descontento.
1 Timoteo 2:8
Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas.
Cuando levantamos las manos al cielo sentimos la unción y el fuego del Espíritu Santo, que a la vez nos hace sentir el amor y su presencia cuando lo llamamos a través de la oración.
Colosenses 3:8
Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno.
Dios es tan maravilloso porque él ya nos ha perdonado todo pecado, si aún tu corazón siente enojo, ira, malicia, calumnia o hablan un lenguaje obsceno, pídele de todo corazón a Jesus que te demuestre su existencia pero sobre todo pídele que habite en tu corazón.
Job 9:5
Él mueve montañas sin que estas lo sepan, y en su enojo las trastorna.
En el momento menos pensado la recompensa llegará y se multiplicará de generación en generación. No te desesperes, Dios ya ha escuchado tu oración, solo depende que ahora nosotros lo escuchemos a él.
Salmos 37:8
[ He ] Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal.
Escucha con atención los mensajes, no ganamos nada con enojarnos sobre el presente, por lo que por ahora solo nos queda abandonar toda la ira, para ya no irritarnos más ante las circunstancias terrenales.
Ezequiel 16:42
Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo.
Cuando se está en busca de algo y no llega pronto lo primero que se puede pensar es que Dios no ha escuchado mi clamor, uno ve a su alrededor y los celos aparecen sin control. Dios en esta noche nos pide que nos quedemos tranquilos y sin enojo porque él va a premiar todo sacrificio hecho ante su nombre.
Un fuerte abrazo y gracias por acompañarme en los 21 días de oración; hoy culmina un capítulo en donde mi relación con Dios a través de la oración ha sido tan hermosa; algunos regalos que me ha dado son:
El matrimonio, ser madre, esposa, amiga, hija, hermana, vecina y sobre todo que me dio una segunda oportunidad cuando volví a nacer después de una grave cirugía en agosto del 2009.
Aquí sigo presente y a la orden en el nombre de Jesús Sacramentado que cura a los enfermos y llena de gozo nuestros corazones.
Con amor,
Sara G