Una buena esperanza
2 Tesalonicenses 2:16
Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,
Cuarenta días en oración con el Espíritu Santo.
Romanos 5:5
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.
La desesperanza llega más pronto que la esperanza, del cual uno requiere de paciencia y perseverancia para alcanzar por lo que tanto se lucha.
Cuando uno evalúa las cosas que nos han sucedido, es cuando uno reflexiona que Dios no nos ha dejado. Las cosas duelen cuando no llegan o no salen de la manera en las que uno las espera.
Al darse uno mismo cuenta que lo que uno está buscando está ahí desde hace mucho tiempo, más de las veces uno mismo se mantiene en un estado emocional de inconformidad por lo que uno está pasando en ese momento.
Si te has visto en una situación en donde por más que quieras ver la luz, la oscuridad es la que prevalece. Busca y llama la presencia del Espíritu Santo.
Romanos 15:13
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Derrama tu unción sobre nosotros Espíritu Santo
Hechos 2:26
Por eso mi corazón se alegra, y canta con gozo mi lengua; mi cuerpo también vivirá en esperanza.
Dios, tú me guardas de todo mal.
Jeremías 23:16
Así dice el Señor Todopoderoso: «No hagan caso de lo que dicen los profetas, pues alientan en ustedes falsas esperanzas; cuentan visiones que se han imaginado y que no proceden de la boca del Señor.
Póstrate ante los pies de Jesús redentor del mundo.
Zacarías 9:12
Vuelvan a su fortaleza, cautivos de la esperanza, pues hoy mismo les hago saber que les devolveré el doble.
Dios nos bendice, ama y guarda de todo mal. Vendrán tiempos de frutos en tu familia, trabajo, vecindario y sociedad.
Perdona, ama, quiere, respeta y conquista.
Bendiciones,
