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Bienvenidos a un nuevo encuentro con nuestros grandes amigos del cielo.

 

Son los santos que han tenido el privilegio de ser reflejo de las bondades de Dios y que nos invitan a ser igualmente, imágenes de su grandeza.

 

¿Pero es posible que seamos reflejo de Dios?

 

Sí, y es el más grande deseo de Dios. El Señor ha querido tener una gran familia y los familiares se parecen entre sí. Dios se alegra de verse reflejado en nosotros sus hijos…

 

No nos sintamos tristes ante nuestra imperfección… es como si al admirar una flor nos fijáramos solamente en el tallo.

 

La bella flor es nuestro crecimiento como personas espirituales, como hijos de Dios.

 

Contemplemos en este día otras bellas almas que siguieron al Señor y vivieron santamente, y que hoy, 18 de junio, recuerda nuestra Iglesia. Ellos son:

 

Santos Marcos y Marceliano, mártires; san Leoncio, soldado mártir;

 

Santos Ciríaco y Paula, mártires; san Amando, obispo; san Calógero, eremita;

 

Santa Isabel, virgen; beata Hossana Andreasi, virgen y san Gregorio Barbarigo, obispo.

 

Una gran mística italiana del siglo XV engalana los episodios del Catálogo Divino

 

Ella es la beata Hossana Andreasi.

 

Oremos para que el Señor, nos dé el conocimiento de las cosas del Espíritu así como a la beata Hosanna:

 

Oh Dios, dispensador de todo bien, que concediste a la beata Hosanna preferir las insondables riquezas de Cristo más que cualquier otro bien y enseñarlo a los demás; concédenos que, aleccionados por su ejemplo y enseñanza, crezcamos en tu conocimiento y nos comportemos con fidelidad a la luz del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Hay muchas cosas que la beata Hossana nos enseña.

 

Hay una muy importante que vale la pena recordar:

 

Es abrir nuestra conciencia a reconocer a Dios en sus obras, en la creación, detrás de los acontecimientos de nuestra vida.

 

Podemos llegar a creer que Dios es una leyenda, pero esa frialdad del corazón ante su presencia, nos es más que la consecuencia de dejar de ver la realidad como es.

Contemplar como un niño, las maravillas de la naturaleza, nos permiten ver en ellas el poder de Dios.

 

Esa visión de la creación, nos incluye a nosotros.

 

Aceptar que Dios nos ha creado con amor, es el primer paso para resucitar nuestra vida espiritual.

 

No cerremos nuestra mente aferrándonos a ideas equivocadas sobre Dios y nosotros mismos.

 

Recordemos que “la verdad nos hará libres” y la verdad es que Dios nos ama infinitamente y quiere sólo nuestro bien.

 

Beata Hossana Andreasi,

 

Ruega por nosotros.