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Grandes bendiciones para todos los que aman a Dios.

 

Bienvenidos a seguir explorando las páginas de nuestro catálogo divino.

 

Descubramos en la humildad de los santos, la grandeza de un Dios que nos ama incondicionalmente.

 

En este 13 de junio, tenemos muchos santos que nos dan claves para llegar al cielo, sin quitar los pies de la tierra.

 

Los bienaventurados que se recuerdan en este día, son:

 

San Antonio de Padua, presbítero, San Fandila de Córdoba, presbítero y monje, San Aventino, mártir;

 

San Ceteo de Amiterno, obispo; San Eulogio de Alejandría, obispo; San Trifilio, obispo; Santa Aquilina, virgen y mártir;

 

Santa Felícula, mártir; Beata Mariana Biernacka, madre de familia y mártir, y Beato Aquíleo de Alejandría, obispo.

 

El amor por Dios hace que valoremos nuestra vida y defendamos la de los demás y nuestra beata de hoy nos da un gran testimonio de fe y amor a la familia.

 

Ella es la Beata Mariana Biernacka.

 

Oremos pidiendo por las suegras y los suegros, también, reconociendo que son muy importantes para el apoyo de las nuevas familias:

 

Señor:

Hoy quiero darte gracias por mis suegros. En un primer momento, porque son los padres de la persona que me diste como pareja, gracias porque en ellos Tú llenaste de bendiciones a mi pareja y ahora comparte conmigo todo eso.

 

Gracias, también, porque en algunos momentos en los que más necesitaba de una mano amiga pude contar con ellos; desde sus limitaciones y sus posibles equivocaciones, quisieron ayudarnos a sostener este hogar y mejorarlo.

 

Hoy quiero clamarte bendiciones sobre mis suegros: que en medio de sus problemas y dificultades encuentren siempre la fuerza que viene de Ti, Dios de poder, quien nos sostiene y nos ha unido como familia. Amén.

 

En la Sagrada Escritura, encontramos a Jesús sanando la suegra de Pedro y a Rut cuidando generosamente a su suegra Noemí.

 

Dios nos enseña que el amor nos ayuda a tejer nuevas relaciones de familia con quienes no comparten nuestra sangre, pero si comparten nuestra vida.

 

También que las relaciones deben permanecer sanas, porque ello protege la unión de la familia y viviendo en un compartir de experiencia, confianza, respeto y ayuda mutua, esto permite que la armonía familiar dé un impulso importante a lo que vamos a ofrecer a nuestra sociedad.

 

Los suegros son nuevos padres. Las nueras y los yernos son nuevos hijos. Tratémoslos con amor y ese amor será multiplicado en bendiciones del cielo, en la sana crianza de los hijos y la paz en los hogares.

 

Beata Mariana Bernacka,

 

Ruega por nosotros.