Bienvenidos a este nuevo episodio del Catálogo divino.
Reciban nuestro saludo fraterno en este día, deseándoles que la luz de Cristo ilumine sus corazones y les llene de confianza y alegría.
Les deseamos que puedan enfrentar cada desafío, seguros que la mano del Señor les sostiene.
La vida normal se vuelve extraordinaria cuando dejamos que Dios nos acompañe y sea nuestro consejero.
Ser santo es disfrutar de esa permanente compañía de Dios.
Nosotros nos somos totalmente santos pero día tras día al estar cerca de Dios, vamos tomando sus rasgos, vamos aprendiendo sus valores.
Por ello sintámonos alegres de estar en camino a la gloria eterna y pidamos a los ciudadanos del cielo que intercedan por nosotros para que no nos desanimemos.
Descubramos entonces, ¿qué santos venera la Iglesia católica hoy, 7 de julio?
Ellos son:
San Fermín, obispo; San Edda de Winchester, obispo; San Marcos Ji Tianxiang, mártir; San Mel Ruain, obispo y abad; San Odón de Urgel, obispo; San Panteno de Alejandría, misionero y padre de la Iglesia;
San Willibaldo de Dryopolis, obispo; Santa Edilburga de Ebreuil, abadesa; Santa María Guo Lizhi y compañeros mártires; Beata Ifigenia de San Mateo, monja y mártir; Beata María Romero Meneses, virgen;
Beato Benedicto XI, papa; Beato Juan José Juge de Saint-Martin, presbítero y mártir; Beato Oddino Barotti, presbítero y Beato Pedro To Rot, padre de familia, catequista y mártir.
El santo que hoy conoceremos fue un sacerdote que valientemente asistió muchos enfermos en medio de una terrible epidemia y entregó su vida por la caridad de atender a los afectados por esta grave enfermedad.
Es el Beato Oddino Barotti
Oremos a nuestro Señor, para que proteja y fortalezca a quienes ha escogido para recibir el don del sacerdocio, de manera que puedan vivir a plenitud y con alegría, su ministerio:
«Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño, te rogamos que por el inmenso amor y misericordia de Tu Sagrado Corazón, atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.
Te pedimos que retomes en Tu Corazón todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino, que enciendas de nuevo el deseo de santidad en los corazones de aquellos sacerdotes que han caído en la tibieza,
y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes, el deseo de una mayor santidad.
Unidos a tu Corazón y el Corazón de María, te pedimos que intercedas ante el Padre Celestial en la unidad del Espíritu Santo. Amén.»
Unirse a la pasión de Cristo, no solamente es reflexionar en sus sufrimientos físicos o morales padecidos por nuestro amor, sino ir más allá descubriendo en esta entrega, su profundo y eterno amor por nosotros.
El sacerdote al identificarse con Cristo en su amor por la humanidad y su sed de salvar almas, se encamina a darse en un servicio constante a todos sus hermanos.
Existen muchas cosas que quieren obstaculizar esa vida de servicio, porque su acción de ayudar a santificar a los otros por medio de los sacramentos, es fundamental para la conversión y la santidad de todos.
Por ello, no dejemos de orar por los sacerdotes, no dejemos de pedir para ellos la unción del Espíritu Santo para que puedan vivir santamente.
Oremos para que los sacerdotes encuentren su felicidad en servir. Para la salud de la Iglesia, necesitamos estos representantes del Médico Divino.
Beato Oddino Barotti,
Ruega por nosotros.