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Qué alegría encontrarnos de nuevo para explorar las páginas del Catálogo Divino.

En esta gran variedad de historias descubrimos cómo el Espíritu Santo, va trazando la riqueza del amor de Dios en la vida de cada persona y la va haciendo santa, ayudándola a hacerse consciente de ese amor.

En el camino de la vida podemos enfrentar muchos desafíos. Pero si tenemos claro que Dios nos protege y no nos abandona, la esperanza dará fuerza a nuestros pasos.

Así vivieron los santos, como los que hoy recuerda nuestra Iglesia Católica.

Son venerados hoy, 8 de julio, los siguientes santos y beatos:

San Procopio, mártir; San Adriano III papa San Áquila y Santa Priscila, esposos, misioneros y mártires; San Auspicio de Toul, Obispo; San Colomano de Turingia, mártir; San Disibodo de Renania, Monje y eremita;

San Juan Wu Wenyin, padre de familia, catequista y mártir; San Pancracio de Taormina, obispo y mártir; San Quiliano de Herbipoli, obispo y mártir; San Totnano de Turingia Diácono y Mártir;

Santa Gliceria de Heraclea, virgen y mártir; Santa Landrada, abadesa; Santas Rufina y Justa, vírgenes y mártires; Santos monjes abrahamitas, mártires; Beato Eugenio III,  papa; y Beato Mancio Araki, laico y mártir

Hoy conoceremos la vida de un santo que llegó al cielo de una manera rápida y concreta. Murió por afirmar que hay un solo Dios.

El es san Procopio de Cesarea.

Oremos a este valiente mártir para que no seamos vacilantes cuando debamos defender nuestra fe:

¡Señor, envíame la luz del Espíritu para ser capaz de discernir siempre tu voluntad, me llene de fortaleza y constancia para afrontar los problemas y una fe firme para que mis proyectos se sustenten en tu querer! ¡Concédeme, Señor, la gracia de vivir para dar frutos, para trabajar en busca del bien y de la perfección!

¡No permitas que la resignación, la indolencia, el conformismo me derroten y me venzan en ningún campo de mi vida! ¡Que mi relación personal contigo, Señor, me sirva para crecer cada día para ser mejor! ¡Concédeme la serenidad interior y la paciencia para acometer lo que es necesario para solventar los problemas que me atenazan!

¡Ayúdame, Señor, a vivir para obrar y actuar conforme a la verdad y cada vez que me equivoque tómame de la mano para que me vuelva a levantar! ¡Hazme tenaz como las olas, llena mi corazón de energía interior, dame una esperanza recia y una capacidad de esforzarme para estar preparado para superar las pruebas y salir con un corazón alegre y confiado! ¡Me entrego a tu voluntad! Amén.

San Procopio enfrentó de una manera rápida una situación que se está presentado de manera gradual en nuestro entorno:

Le llevan a un tribunal a dar validez a la forma oficial de ejercer la religión.

La verdad es que los derechos fundamentales protegen nuestra libertad religiosa y nos permite respetar y ser respetados en cuanto a las creencias religiosas.

Pero la tendencia del mundo, está tratando de llegar a un pensamiento único, donde aquellos que manifiesten una espiritualidad distinta, se ven como adversarios.

La libertad religiosa es una parte muy importante de la libertad del ser humano.

Pero hemos de reconocer que las creencias espirituales comúnmente alientan a vivir en armonía y respeto.

Pidamos al Señor que nos permita tener una sana convivencia donde esa búsqueda de Dios, que se hace de tan distintas maneras, nos permita descubrir el lenguaje del amor que nos hace hermanos y finalmente nos ayude a reconocerlo como Padre de todos.

San Procopio de Cesarea,

Ruega por nosotros.