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Un saludo fraterno con gran cariño desde Pamplona, Colombia, desde donde las Hermanas Trovadoras ofrecemos nuestra oración por todos ustedes.

 

Sigamos conociendo las vidas de los santos que de mil maneras nos invitan a vivir la santidad.

 

Y es que… ¿yo puedo ser un santo, una santa?

 

Sí, claro. Es más… allí estará nuestra más grande felicidad.

 

Es una felicidad que se construye sobre la roca firme del amor de Dios y que depende de un gran trabajo en equipo: con los demás, con nosotros mismos, con Dios.

 

Así que, lancémonos a vivir la aventura por alcanzar la santidad y pidamos a los santos que se veneran en este día, 20 de junio, que pidan para nosotros esta gracia.

 

Los santos que están inscritos hoy en nuestro Catálogo divino son:

 

San Metodio de Olimpo, obispo y mártir; San Gobano de Irlanda, presbítero; San Juan de Matera, abad;

 

Beata Margarita Ebner, virgen; Beato Dermicio O’Hurley, obispo y mártir; Beata Margarita Ball, madre de familia y mártir;

 

Beato Francisco Pacheco y ocho compañeros mártires; Beato Tomás Whitbread y compañeros mártires y San Novato, anacoreta.

 

En este episodio tenemos una interesante experiencia de una religiosa dominica alemana llegó a ser una de las grandes místicas del siglo XIV.

 

Conozcamos la historia de la Beata Margarita Ebner. 

 

Oremos al Señor para que abra nuestro entendimiento al horizonte espiritual que todavía no alcanzamos a contemplar:

 

Oh Dios de suma bondad, que concediste a la beata Margarita, encendida del fuego del Espíritu Santo, penetrar en los arcanos misterios de tu amor divino; otórganos, por su intercesión que, movidos por el mismo Espíritu, caminemos hacia ti por la senda de Cristo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

 

Aunque la época que vivió Margarita fue marcada por las ambiciones políticas, guerras, excomuniones, un antipapa… la reacción de esta beata y muchas personas espirituales, fue vivir más fielmente el Evangelio.

 

Al igual que Santo Domingo de Guzmán, estos religiosos quisieron poner en práctica su ejemplo, anteponiendo el Evangelio al empuje de los ímpetus humanos que revolucionaron su época.

 

Nos deja una gran invitación. No podremos transformar el mundo, nuestra sociedad, nuestra iglesia, nuestra familia, si seguimos observando el Evangelio de una manera superficial y lejana a la realidad de nuestra vida.

 

Ya sabemos que, de los bellos discursos, sólo quedan emociones… No dejemos el Evangelio en un discurso dicho por cumplimiento o costumbre.

 

El Evangelio incomoda, interpela, interroga, nos hace escudriñar el interior, y, sobretodo, nos pone sobre aviso en las esclavitudes que alejan al ser humano de Dios.

 

Si seguimos así, en una espiritualidad que no profundiza y transforma, no podremos realizar los cambios que nuestra vida y nuestro entorno necesitan.

 

El cambio está en nuestras manos. Es el desafío que nos hace salir de la mediocridad y la infelicidad, hacia la libertad de los hijos de Dios.

 

Beata Margarita Ebner 

 

Ruega por nosotros.