Bienvenidos a seguir explorando vidas de santidad en su Catálogo Divino.
Las Hermanas Trovadoras les saludan cordialmente y desean para ustedes, bendiciones abundantes sobre sus vidas.
Un santo muchas veces, no se imagina que al resolver sus propios problemas de la mano de Dios, va a trazar luego un camino para muchos cristianos que van a aprender de su ejemplo.
Bendigamos al Señor por tantos santos que nos han enseñado tanto, sobre todo, a confiar en Dios de corazón.
Sigamos conociendo más ejemplos celestiales, junto a los santos que se recuerdan hoy, 11 de julio.
Algunos de ellos son:
San Benito de Nursia, abad; San Abundio de Córdoba, presbítero y Mártir; San Cindeo de Panfilia, presbítero y Mártir; San Cipriano de Brescia, obispo;
San Drostán de Deer, abad; San Hidulfo de Tréveris, abad; San Leoncio de Burdeos, obispo; San Marciano de Iconio, mártir; San Pío I, papa;
San Plácido de Disentis, mártir; San Quetilo de Viborg, canónigo regular; San Sabino de Brescia, mártir; San Sidronio de Sens, mártir;
San Sigisberto de Disentis, abad; Santa Marciana de Mauritania, Virgen y Mártir; Santa Olga de Kiev, reina y Beato Bertrando de Grandselve, abad
El santo de hoy, es conocido como el patriarca de los monjes occidentales y basados en sus enseñanzas se han formado numerosos santos, especialmente religiosos, pero últimamente se ha dado a conocer por la medalla de protección contra las asechanzas del mal, que fue de su autoría.
Él es San Benito de Nursia.
Oremos a este gran patriarca de la oración:
San Benito,
Padre y jefe de los monjes,
intercede por nuestra santidad,
por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.
Destierra de nuestra vida,
de nuestra casa,
las asechanzas del maligno espíritu.
Pídele al Señor,
por el progreso de la santa Iglesia Católica;
y nos libre de morir en pecado mortal,
para que así confiados en Tu poderosa intercesión,
podamos algún día en el cielo,
cantar las eternas alabanzas.
Amén.
Para san Benito, el trabajo es la manera de llevar a la bondad y al autodominio a los seres humanos alejados de Dios por la desobediencia.
Estar concentrados en un trabajo honesto hace que no perdamos tiempo con el ocio y con tentaciones que arruinan nuestra alma.
De esta manera, el trabajo no es una esclavitud, sino que es necesario para fomentar el bienestar y el progreso en una persona, y lo dispone para ser un buen cristiano.
Aceptar los deberes encamina hacia la armonía, expresándose hermosamente con un corazón mejor dispuesto a la oración.
Ora y trabaja, trabaja y ora.
Atraigamos a Dios, con nuestro amor y recuerdo de su Santa Presencia y llegaremos a vivir la paz y la alegría en el Señor.
San Benito de Nursia,
Ruega por nosotros.