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Bienvenidos a descubrir la belleza de la santidad.

 

Comúnmente nos imaginamos que ser santos es dejar de ser lo que somos para ser alguien ideal, pero realmente, es contar con la ayuda de Dios para ser la mejor versión ¡de nosotros mismos!

 

En nuestro Catálogo Divino, seguimos encontrando historias de santos que dejaron a Dios actuar en sus vidas, los llenó de alegría de vivir por él y por los demás y las transformó en fuentes de paz y esperanza.

 

Así que busquemos más historias de santos de la vida real, especialmente, los santos que se veneran en este día 27 de junio.

 

Ellos son:

 

San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia; San Anecto de Cesarea, mártir; San Arialdo de Milán, diácono y mártir;

 

San Juan de Chinon, presbítero; San Sansón de Constantinopla, presbítero y médico; San Zoilo de Córdoba, mártir; Santa Gudena de Cartago, mártir;

 

Santo Tomás Toán, catequista y mártir; Beata Luisa Teresa Montaignac, virgen; Santa Margarita Bays, laica y Beato Bienvenido de Gubbio, religioso.

 

La santa de hoy, se dedicó a la costura, y fue una laica servicial y laboriosa en su parroquia, que en el siglo XIX se convirtió en un ejemplo de devoción y santidad cristiana en medio de la vida cotidiana.

 

Ella es Santa Margarita Bays. 

Oremos con esta meditación inspirada en la oración personal de Margarita:

 

Señor Jesús, atraerme hacia ti, porque quiero caminar contigo todos los días de mi vida. Señor Jesús, Abrazo Tu cruz que me sostiene en todas mis dudas y dificultades. A través de ella brilla la luz de la alegría pascual. Señor Jesús, cuando llegue mi muerte, me entrego en el amor de de tu Sagrado Corazón que es el Sol de la vida, de misericordia y resurrección. Amén.

 

En su misa de canonización, el prelado Monseñor Kurt Koch decía:

 

Margarita nos mostró otra cara de la santidad: llegar a ser santos y ser santos significa realizar plenamente lo que ya somos. Tal frase puede sonar extraña al principio, pero expresa el mensaje más importante de nuestra fe, a saber, que no podemos santificarnos a nosotros mismos, sino que somos santificados, que ya hemos sido santificados por nuestro bautismo.

 

Un santo entonces es una persona tan abierta a que Dios actúe en su vida, que el Señor se siente acogido y hace que el desarrollo de esta persona sea tan libre y al mismo tiempo tan vinculado a su amor y su santa voluntad, construyendo así una vida plena y llena de paz.

 

Dejemos que Dios viva en nuestro corazón y sea el Señor y guía de nuestra vida, así nos realizaremos verdaderamente como personas y seremos para todos una bendición.

 

Santa Margarita Bays,

 

Ruega por nosotros.