Listen

Description

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

 

Es un hermoso título llamarse bienaventurado.

 

Es una felicitación de Jesús a todos aquellos que están dispuestos a seguirlo hasta las últimas consecuencias.

 

Por ello, cumplir la voluntad de Dios es una alegría que llena de energía, paz y esperanza.

 

Nosotros también deseamos recibir estos bienes, por ello buscamos en el catálogo divino más historias de santidad que nos ayuden a seguir adelante en la ruta que nos marcan las bienaventuranzas.

 

Así como los hicieron los santos venerados en este día, 4 de julio:

 

Algunos de ellos son:

 

Santa Isabel de Portugal, reina; San Andrés de Creta, Obispo; San Cesidio Giacomantonio, presbítero y mártir, San Florencio de Cahors, obispo; San Jocundiano, mártir;

 

San Lauriano de Vatan, obispo y mártir,San Nanfanión, mártir; San Udalrico de Augsburgo, obispo; San Valentín de Langres, presbítero y eremita; Santa Berta de Blangy, abadesa;

 

Beata Catalina Jarrige, virgen; Beato José Kowalski, presbítero y mártir; Beato Juan de Vespignano, laico y Beato Pedro Jorge Frassati, laico dominico

 

Hoy, conoceremos a un joven que sediento del amor de Dios, lo buscó en los pobres y en las altas cumbres de las montañas y elevó sus ideales tanto que muy pronto evidenció una gran madurez espiritual.

 

Es la sorprendente vida del Beato Pedro Jorge Frassati.

Oremos pidiendo al Señor nos conceda la coherencia en la fe que tuvo este beato:

Padre, Tú que diste al joven Pedro Jorge Frassati la alegría de encontrar a Cristo y de vivir su fe con coherencia en el servicio a los pobres y a los enfermos, intercede por todos los jóvenes y por nosotros para que seamos como él, puros y santos, e imitemos su generosidad para difundir en la sociedad, el Espíritu del Evangelio. Amén. 

 

Pedro Jorge Frassati nos reta a salir de la mediocridad y de la banalidad que no nos dejan aspirar a las altas cumbres del Evangelio.

 

La santidad implica dejarse tocar por la realidad y tomar decisiones resueltas en favor del bien, capaces de darlo todo en el servicio y la coherencia.

 

Ser santo implica tener carácter, perseverancia y valentía, pues el gran reto de superar las barreras del pecado y los temores, hace que decidamos dar todo o nada.

 

Sin embargo, no podemos olvidar lo gratificante que es sembrar el bien, por medio de la fraternidad, la oración y la alegría de sabernos amados y protegidos por Dios.

 

Este joven santo nos anima a dejar atrás los viejos esquemas de la maldad y el egoísmo, construyendo la vida en la verdad y el amor.

 

Beato Pedro Jorge Frassati,

 

Ruega por nosotros.