Los santos son apasionados por la vida y por el Creador de la Vida.
El llamado a la santidad no es un llamado a la quietud.
La santidad es un impulso a vivir a plenitud, no con los estrechos espacios que da el mundo, sino con los amplios horizontes que Dios nos muestra con su amor.
Cada santo vive grandes desafíos y por ello sus historias merecen ser contadas.
Descubramos en el Catálogo Divino, estas apasionantes historias y pidamos la intercesión de los santos que recuerda nuestra Iglesia Católica hoy, 12 de agosto:
Santa Juana Francisca de Chantal, viuda y fundadora; Santa Hilaria y sus criadas Digna, Euprepia y Eunomia, mártires. Santos Aniceto y Focio, mártires; san Euplo de Catania, mártir;
Santos Graciliano y Felicísima, mártires; Santos Porcaro, abad, y varios monjes mártires; beato Antonio Perulles Estívill, presbítero y mártir y el beato Carlos Leisner, presbítero y mártir.
Hoy conoceremos la historia de un joven beato que dio su vida por los jóvenes, llegando a dar un gran testimonio dentro del campo de concentración de Dachau, donde fue ordenado sacerdote para la gloria de Dios.
Es el beato Carlos Leisner.
Oremos con esta oración a este santo sacerdote:
Carlos Leisner, Amigo de los jóvenes y de los enfermos, sacerdote de la esperanza, Jesús encendió el fuego de tu corazón y tú respondiste con tu lema: ¡Cristo es mi pasión!
Cargaste la pesada cruz de la persecución y de la enfermedad y Él te transfiguró en ‘Cristo Joven’. Con la Virgen María te pedimos: intercedas ante el Señor para que nos dé sacerdotes santos y aprendamos a vivir con alegría. Amén.
Puede surgir la pregunta: ¿para qué ordenar un sacerdote que va a morir pronto?
Carlos nos da la oportunidad de reflexionar y comprender que la unción sacerdotal, no es simplemente un trabajo en las cosas de Dios.
Un sacerdote es un hombre que decide ante la llamada de Dios, seguir llevando a cabo en el nombre de Cristo, la misión que dejó a sus apóstoles.
Su consagración lo lleva a identificarse totalmente con Cristo, Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, dando un testimonio de fe y amor por sus hermanos capaz, incluso, de ofrecerse en sacrificio.
Carlos nos enseña que su entrega total, dejando todo atrás, por Jesucristo, le permite dar la vida por los jóvenes, por su nación, por la Iglesia.
Estar al servicio de Dios no es hacer muchas cosas o participar de muchas misas, sino ser como Jesús, un verdadero Hijo de Dios en todas las circunstancias.
Beato Carlos Leisner,
Ruega por nosotros.
