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Un saludo de paz en el Señor.

Queremos sentir siempre esa paz, pero no siempre descubrimos dónde hallarla.

La paz que Jesucristo nos da, no la encontramos en el mundo.

Por ello, cada vez que nos encontramos con Jesucristo en su Palabra, en los Sacramentos, en la caridad, vamos bebiendo de esa fuente de la paz.

Así también lo hicieron los santos, que en medio de sus luchas, se llenaron del amor de Dios y alimentaron su vida con su paz.

Busquemos en nuestro catálogo divino, más historias de santidad que nos motiven a seguir luchando por la gloria de Dios, como los santos que son venerados, hoy, 15 de agosto:

Recordamos la Asunción de la Virgen María y también la advocación de Santa María del Alba; se venera, entre otros, a San Alipio de Tagaste, obispo; San Altfredo de Hildesheim, Obispo;  San Estanislao de Kostka, religioso y  San Simpliciano de Milán, Obispo.

Hoy recordaremos a un santo polaco que murió a los 17 años, luego de haber vivido pocos meses como novicio jesuita y una juventud radiante de virtud y pureza.

El es San Estanislao Kostka.

Oremos con fe al santo patrono de los novicios:

Haz, amabilísimo santo mío, Estanislao

que prenda en mi corazón

una centella de la llama celestial,

que consumiendo mi amor propio,

purifique mi espíritu de manera

que logre después de este destierro,

entregar mi alma en los brazos de María Santísima,

y reinar contigo eternamente en el cielo.

Amén.

A medida que una persona crece debería crecer también su virtud, pero observamos que actualmente sucede lo contrario:

El mundo va llenando las mentes y los corazones de los niños y los jóvenes con ideas engañosas y dañosas de la realidad que poco a poco, endurecen el corazón y lo cierran a comprender y experimentar el amor de Dios.

Entonces, llega el momento de la conversión y nos damos cuenta, cuán distinta sería nuestra vida si hubiéramos conservado la pureza e integridad de nuestro espíritu.

Sólo queda entonces abandonarse a la misericordia del amor de Dios y dejar que el Señor restaure la inocencia perdida.

No es imposible para Dios, pero reconozcamos que al valorar más la virtud y la rectitud de vida, sufriríamos menos.

Oremos para que muchos jóvenes y niños puedan como Estanislao mantener la pureza de su alma y que los que se han alejado de Dios puedan regresar al camino de la paz y la salvación.

San Estanislao Kostka,

Ruega por nosotros.