Listen

Description

Que bendición contar nuevamente con su amable audiencia.

 

Es un motivo de gran alegría traerles estas historias, porque hemos recibido muchas respuestas positivas de parte de ustedes, al encontrar en este compartir espiritual, un alimento para sus almas y también para amar y conocer más a nuestra Iglesia.

 

Pensar que estos audios hacen mucho bien a su espiritualidad, nos anima a seguir adelante, y sobre todo, nos alegra porque el deseo de Dios es ser conocido y amado por todos sus hijos, llegando a cada uno de ustedes por todos los medios disponibles.

 

Pidamos el patrocinio de los santos en este día para seguir conociendo más de nuestra fe a través de ellos en nuestro Catálogo Divino.

 

Los santos venerados en este día, 27 de julio son:

 

Santos mártires Jorge, diácono, Aurelio y Natalia, esposos, y Félix y Liliosa, esposos; san Simeón Estilita, monje; San Cucufate, mártir; Santa Antusa de Mantinea, monja;

 

san Celestino I, papa; san Desiderato, obispo; san Eclesio de  Rávena, obispo; Santos Hermolao, Hermipo y Hermócrates, mártires; santas Juliana y Semproniana, mártires;

 

San Pantaleón, mártir; beato Joaquín Vilanova Camallonga, presbítero y mártir; beato Modesto Vegas Vegas, presbítero y mártir y san Raimundo Zanfogni “Palmerio”, padre de familia.

 

Un hombre pierde a su mujer y a la mayoría de sus hijos, es pobre y analfabeto. ¿Puede ser un gran agente de pastoral en medio de la Iglesia?

 

¿Ustedes qué creen?

 

Pues el protagonista del Catálogo divino de hoy, nos enseña que es posible.

 

El es san Raimundo Zanfogni “Palmerio”.

Oremos uniendo nuestra plegaria a la de este piadoso servidor del prójimo para que seamos auxiliados por el amor de Dios:

 

Oh Dios, que diste al Beato Raimundo Zanfogni la gracia de superar la pérdida de sus hijos y de su esposa, haciéndolo un hombre de caridad y de gran amor al prójimo, concédenos también, por su intercesión, la gracia de superar los sufrimientos de vida y la gracia de amar como él amó, para que tu Nombre sea siempre más glorificado. Por nuestro Señor Jesucristo, Amén.

 

Raimundo tuvo una de las más grandes crisis que puede tener un ser humano: la pérdida de sus seres queridos.

 

Hay dos opciones: ser derrotado por la tristeza o elaborar el duelo, dejando que el corazón sane y se pueda salir adelante.

 

Como creyentes, tenemos más herramientas para poder superar estas crisis:

 

Nuestra confianza en Dios, el apoyo de nuestros amigos y familiares, el dominio de sí mismo, los sacramentos y gracias divinas.

 

Pero ello, va a potenciar nuestra recuperación, si evitamos encerrarnos en nuestro dolor y luchamos por salir de nosotros mismos.

 

Raimundo pudo recuperarse al ver que podía ayudar a otros a superar sus sufrimientos.

 

Por ello, vivir la caridad, hacer el bien, ser serviciales, es un excelente escudo para evitar que la depresión arrase con nuestra vida.

 

Pasito a pasito, de pequeñas cosas, pero con constancia y cuidándose a sí mismos, no entregando nuestra vida a la tristeza, es que abrimos la puerta para que entre Jesús y nos sane.

 

Beato Raimundo Zanfogni,

 

Ruega por nosotros.