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Bienvenidos a compartir un nuevo episodio del Catálogo Divino.

En este espacio de espiritualidad nos desprendemos un poco de la tierra, para poner nuestro corazón en el cielo.

Los santos se convierten en nuestros amigos para animarnos en la búsqueda de nuestra propia santidad.

Conozcamos a los santos que se veneran hoy: 22 de agosto son:

Santa María Reina; Santos Fabricio y Filiberto de Toledo, mártires; San Juan Kemble, presbítero y mártir; San Juan Wall, presbítero y mártir;

San Simfoniano, mártir; San Timoteo de Roma, mártir; Beato Bernardo Peroni, religioso; Beato Elías Leymarie de Laroche, presbítero y mártir; Beato Jacobo Bianconi, presbítero religioso;

San Felipe Benicio, presbítero religioso; Beato Simeón Lukac, obispo y mártir;  Beato Timoteo de Montículo, presbítero religioso y Beato Tomás Percy, laico y mártir.

Hoy, escucharemos acerca del origen de la advocación de Santa María Reina.

María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo.

Esta fiesta Litúrgica del Reinado de María,fue instituida por el Papa Pío XII en 1954, al coronar a la Virgen en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma

Oremos con piedad para que comprendamos cómo servir con fidelidad y amor, así como María:

Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Amén.

Acudimos a María en busca de los bienes que van a poner a salvo nuestra vida, nuestra alma.

Si creemos verdaderamente que ella es nuestra madre y reina, necesitamos ser dóciles a su presencia maternal que nos advierte los peligros para nuestra alma.

Y sobre todo, necesitamos con urgencia, aprender junto a María a restaurar el respeto por la grandeza y la soberanía de Dios y al mismo tiempo, a descubrir la misericordia de Dios como un motivo para ser humildes, agradecidos y dóciles con el Señor.

Si hacemos parte del reino de Dios, obedecemos al Rey.

María Reina nos enseña a descubrir que nuestro reino no es de este mundo.

Si por medio de María, entregamos nuestro corazón a Jesús, entonces Él será nuestro tesoro.

Santa María Reina,

Ruega por nosotros.