Un saludo fraterno para todos los oyentes del Catálogo Divino.
¿Podrían imaginar que su barrio o vecindario fuera un territorio de santos?
Un lugar donde la solidaridad, el respeto, la paz fuera el ambiente de todos los días donde cada vecino es amable y cercano como el más querido de los hermanos…
Sería hermoso.
¡Claro que sí!
Esto puede ser posible si dentro de cada familia, el que reina es Dios.
Por ello pidamos a los santos que alcancen la paz y la buena convivencia dentro de las familias, para que empecemos a vivir como soñamos.
Los santos que en este día, 2 de agosto, nos brindan su testimonio y oración, son los siguientes:
San Betario de Carnuto, obispo; santa Centolla, mártir; san Esteban I, papa; San Eusebio de Vercelli, obispo; san Máximo de Padua; San Pedro de Osma, obispo; san Rutilio, mártir; San Sereno de Marsella, obispo;
Beato Augusto Czartoryski, presbítero; Beato Francisco Calvo Burillo, presbítero y mártir; Beato Francisco Tomás Serer, presbítero y mártir; y la Beata Juana de Aza, madre de santo Domingo de Guzmán.
En medio de una familia santa, seguramente hay una madre muy santa.
Y en este día, recordaremos la historia de una madre de familia muy especial, a quien los dominicos llaman con cariño y devoción, “La Santa Abuela”
Es la madre de Santo Domingo de Guzmán, la Beata Juana de Aza.
Oremos pidiendo a Dios nos conceda vivir una fe fuerte y sencilla como la de esta beata:
Oh Señor, aviva en tu pueblo el espíritu evangélico que llenó a la bienaventurada Juana, que preparó a sus hijos Domingo y Manés, para la vida apostólica. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Pocas madres de santos han sido reconocidas por sus virtudes personales y no por las de sus hijos.
Sin embargo, ésto nos lleva a pensar que el camino de nuestra santidad no debe emprenderse confiado en las buenas obras de los otros, sino en la conciencia de las propias acciones.
También resalta el dar un buen ejemplo a los hijos, pues si los padres aman y sirven a Dios como el más importante, los hijos lo respetarán igualmente.
Recordemos que cada quien es responsable de su santidad.
Beata Juana de Aza,
Ruega por nosotros.