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Que la gracia del Señor Jesús, llene sus corazones y la alegría llene de entusiasmo sus vidas.

Uno no sabe qué pueda pasar. En medio de las circunstancias, hay imprevistos, sucesos estremecedores, situaciones ajenas que nos atrapan sin que tengamos algo que ver y allí también tenemos que iluminar con el Evangelio.

Estar seguros, que Dios está con nosotros y que no nos desampara es un buen inicio.

Tener siempre la conciencia de que la historia humana tiene su origen en Dios y hacia Él se dirige, nos ayuda a mirar todo con la perspectiva espiritual, con esperanza, con fe y con amor.

Así lo aprendieron los santos que, venimos a conocer en nuestro catálogo divino.

Pasemos a conocer a aquellos hermanos nuestros, que son venerados en nuestra Iglesia Católica, hoy, 6 de septiembre:

Santa Bega de Cumberland, monja; San Eleuterio de Spoleto, abad; San Magno

abad; San Onesíforo de Éfeso, siervo del Señor;

San Zacarías, profeta; Beato Bertrán de Garrigues, presbítero; Beato Diego Llorca Llopis, presbítero y mártir y Beato Pascual Torres Lloret, padre de familia y mártir.

Conoceremos la vida de un laico español, que formado en la espiritualidad de la Acción Católica, vivió su compromiso cristiano como esposo, padre, trabajador y finalmente como mártir en la sangrienta persecución religiosa española del siglo XX.

El es el Beato Pascual Torres Lloret.

Oremos al Señor para que fortalezca nuestra fe:

¡Siento lo importante que es la fe en mi vida! Cuando toda esperanza humana se desvanece, es la fe que la que me hace continuar adelante contra viento y marea, y me permite exclamar con el corazón abierto:

¡Señor, dame tu Espíritu para que mi fe sea firme, valerosa, consciente y esperanzada! Es la fe la que me hace proclamar mi condición de cristiano, es la fe la que abre mi corazón al prójimo, es la fe la que me sustenta en los avatares de cada día.

¡Sagrado Corazón de Jesús, gracias por mi fe, que me permite alabarte y agradecerte todo cuanto me acontece, y darte gracias por todo lo que haces en mi vida! Amén.

Los mártires nos enseñan a estar siempre preparados para lo que pueda suceder.

No lo hacen sacando fuerzas extraordinarias de golpe, sino sumando acciones, oraciones y súplicas día a día.

Pequeñas repeticiones de confianza en Dios, en el momento de la prueba, se unen en un sí decidido a permanecer en su amor, como un clamor de fe.

La santidad es una construcción discreta y cuidadosa, que no se considera completa sino hasta el último aliento… por ello no se improvisa.

Entonces, no dejemos de último, prepararnos para el encuentro con Dios.

Sólo así podremos ser testigos de la gloria de Dios.

Beato Pascual Torres Lloret,

Ruega por nosotros.