Listen

Description

Les saludamos con mucha alegría, agradeciendo a Dios por darnos la oportunidad de llegar a sus hogares y lugares de trabajo para compartirles pequeñas enseñanzas acerca de la vida cristiana cultivando la santidad.

 

Dios nos enseña cada día y nos demuestra que estamos hechos para ser santos.

 

Les invitamos a entrar en ese vitrineo espiritual que es nuestro catálogo divino para aprender de muchos valientes seguidores de Cristo.

 

Miremos quienes son nuestros motivadores para la santidad, en este día 24 de agosto.

 

Los santos que recordamos en nuestra Iglesia Católica, en este día 24 de agosto, son:

 

San Audeno de Rouen, obispo; San Bartolomé, apóstol; Santa Emilia de Vialar, virgen; San Jorge Limniota, monje y mártir; Santa Juana Antida Thouret, virgen; San Tación de Claudiópolis, mártir; Beato Andrés Fardeau, presbítero y mártir y Beato Maximiano Binkiewicz, presbítero y mártir.

 

En este día, una santa que habría ido hasta el fin de la tierra si Dios se lo hubiera pedido y se lanzó a la santidad a través del camino de la caridad, junto a sus hermanas de comunidad.

 

Ella es Santa Juana Antida Thouret

Oh Santa Juana Antida, nos dirigimos a ti seguros de ser escuchados por tu intercesión. Tú, que sufriste persecuciones y humillaciones; tú, que pusiste tu vida sólo en las manos de Dios; tú, que serviste con alegría a los enfermos como miembros sufrientes de Jesús Crucificado; Guíanos, oh dulce amiga y compañera de viaje, en nuestro camino a la santidad y a la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Hay una anécdota de su tiempo de formación, cuando Santa Juana fue preguntada por la encargada de las novicias, acerca de lo que podía hacer.

 

Santa Juana dijo:

 

«Nada.»

 

La encargada de las novicias respondió:

«Siempre estás diciendo que no puedes hacer nada; debes decir que puedes hacerlo todo, pues haces bien todo lo que se te encomienda. »

 

Existe en nuestro tiempo una gran hambre de destacar en público y recibir elogios.

 

Los santos nos enseñan que es necesario cultivar la modestia y la humildad.

 

Tal vez la respuesta de Juana era así por querer responder con modestia.

 

Pero en este caso, recibimos otro tip espiritual.

 

Hay personas que hacen menos sus capacidades y logros, pero que en el fondo, espera recibirlos y esto es considerado “Falsa modestia”.

 

En esto ya no hay virtud, sino apariencia engañosa.

 

No hay nada de malo en escuchar que hemos hecho un buen trabajo. Es mejor aceptar el halago con sencillez y sinceridad, que autodespreciarse.

 

La verdadera humildad es la verdad.

 

Así como podemos hacer un buen trabajo, también tenemos cualidades y actitudes que debemos mejorar y si lo aceptamos con sinceridad, tampoco nos afectarán las pequeñas correcciones que nos hagan.

 

Este es el fruto de la modestia: equilibrio para saber acoger los comentarios, pero con mucha conciencia y autoconocimiento de sí mismo.

 

Ni tanto que queme al santo, ni tampoco que no lo alumbre: ojalá la modestia y la humildad nos ayuden a tener una justa y sana autoestima y nos ayuden a evitar conflictos por la competitividad o la búsqueda de aprobación.

 

Santa Juana Antida Thouret,

 

Ruega por nosotros.