Listen

Description

Qué bendición contar en este día con tantas cosas buenas venidas de Dios.

 

No nos imaginamos el amor con que Dios va acompañando nuestra vida y cuidándonos con todos sus beneficios.

 

Puede que nos sintamos solos, pero el hecho que Dios permanezca en silencio, no significa que no esté allí.

 

Por ello, los santos nos invitan a sumergirnos en el silencio y a descubrir la presencia del Señor en este momento.

 

Así, que sigamos recorriendo las historias que nos trae nuestro Catálogo Divino de la Iglesia Católica para seguir aprendiendo de los santos recordados hoy.

 

En este día 30 de agosto, recordamos a los siguientes bienaventurados:

 

San Agilo, abad; San Bononio de Lucedio, abad; San Fantino el Joven, eremita; San Fiacrio, eremita; Santa Gaudencia, mártir; San Pammaquio, senador; San Pedro de Trevi, anacoreta;

 

Beato Alfredo Ildefonso Schuster, obispo; Beato Joaquín Ferrer Adell, presbítero y mártir; Beato Juan Juvenal Ancina, obispo y Beata María Ráfols, virgen.

 

Hoy conoceremos a un hombre de Dios, que comenzó su vida de servicio a los demás como médico y luego, se convirtió en médico de las almas siendo miembro del Oratorio de San Felipe Neri y luego como Obispo.

 

El es el Beato Juan Juvenal Ancina.

Concédeme, Dios misericordioso, el poder desear con fervor aquello que tú apruebas, buscarlo con prudencia, reconocerlo con verdad, cumplirlo con perfección, para alabanza y gloria de tu nombre.

Pon orden en mi vida, y concédeme cumplir con lo que Tú quieras que yo haga, como se deba hacer y de la manera más útil para mi alma.

Que yo no desee nada más que no seas Tú… Tú que, siendo Dios, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

 

Juan Juvenal quiso siempre tener una vida honesta y recta.

 

Su gran cultura no hizo más que ayudarlo a buscar lo bueno, lo noble y lo sano para su vida.

 

Por ello, cada vez que tomó una decisión lo hizo escogiendo siempre de dos opciones, un bien mayor.

 

Pensemos si nosotros al tomar una decisión sobre nuestra vida, buscamos ese bien mejor…

 

O dejamos que esas decisiones se tomen influidas por el estado de ánimo o las conveniencias, y no pensando conscientemente de si lo que obtendremos, será realmente mejor para nosotros.

 

Pidamos sabiduría, decidamos con serenidad, actuemos con paz.

 

Beato Juan Juvenal Ancina,

 

Ruega por nosotros.