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Bendiciones para todos.

 

Estamos atentos a escuchar la voz de Dios…

 

…y la vida de los santos es una oportunidad de oro para escudrbrir en sus relatos, como descubrir en nuestros corazones, estos designios del Señor.

 

Cada encuentro con el Señor es único y especial, por ello, cada santo es incomparable y en todos, la misericordia de Dios actúa y despierta la belleza de la santidad, en cualquier lugar y circunstancias que vivan nuestros santos.

 

Sigamos conociendo entonces más historias de santidad.

 

Sí, tenemos una gran lista de santos recordados en este día 7 de septiembre…

 

Ellos son:

 

Santa Regina, Virgen y mártir; San Sozonte de Pompeyópolis, Mártir; Santos Festo y Desiderio, Mártires; San Evorcio, Obispo; San Grato de Aosta, Obispo; San Memorio y compañeros Mártires;

 

Santa Carísima de Albi, virgen reclusa; Santa Madelberta, abadesa; San Hilduardo, Obispo; San Gauzlino de Toul, Obispo; San Juan de Lodi, Obispo; San Esteban, abad y obispo;

 

santos mártires Marcos Crisino, Esteban Pongracz y Melchor Grodziecki, presbíteros; Beatos Tomás Tsuji, presbítero  Luis Maki y hijo Juan Maki, Mártires;

 

Beatos Randulfo Corby y Juan Duckett, Mártires; Beata Eugenia Picco, virgen y Beato Juan Bautista Mazzucconi, presbítero y mártir.

 

En este día, conoceremos la sorprendente vida de una santa del siglo III, de la cual existe una gran veneración, aunque su historia es poco conocida.

 

Ella es Santa Regina.

Que seamos imitadores de su fidelidad y de amor por Ti mientras nos concedes el valor y la fuerza para seguirte, sin importar el costo. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

 

Esta joven santa nos invita hoy a meditar en la fortaleza.

 

Todos de una u otra manera nos encontramos enfrentando situaciones difíciles en la vida.

 

El mundo trata de convencernos que lo mejor es no tener ningún sufrimiento, pero la verdad es que no podremos evadirlos por completo.

 

Por ello, el Señor, nos invita a enfrentar las dificultades, sostenidos por su fuerza, por ello nos da el don de la fortaleza.

 

Escuchemos una enseñanza del Papa Francisco sobre este don:

 

“Con el don de la Fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera la tierra de nuestro corazón, la libera del letargo, de las incertidumbres y de todos los miedos que pueden detenerlo, de modo que la Palabra del Señor sea puesta en práctica, de manera auténtica y alegre. Es una verdadera ayuda este don de la Fortaleza, nos da fuerza, incluso nos libera de tantos impedimentos”.

 

La fortaleza nos lleva a seguir adelante en nuestros compromisos, en nuestros deberes, pero también a dejar a un lado lo que nos impide ser santos.

 

No siempre es fácil rechazar una situación pecaminosa o evitar una mala actitud, pero tenemos a nuestro alcance este auxilio de Dios, para saber mantenernos firmes en el bien, para seguir creyendo en nosotros mismos y sobre todo, para actuar movidos por nuestra confianza en Dios.

 

La fortaleza nos ayuda también a ser alegres y auténticos, no lo olvidemos.

 

No dejemos de pedir y actuar impulsados por este don.

 

Recordemos que amamos a Dios, porque Él es nuestra fortaleza.

 

Santa Regina,

 

Ruega por nosotros