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Un saludo cargado de alegría y buenos deseos para cada uno de ustedes.

Parece una locura decirlo, pero ante los grandes sufrimientos, podemos decir con firmeza que tenemos un Dios más grande que todos nuestros problemas.

Es tan grande el Señor, y nosotros tan pequeños, que en realidad nuestras preocupaciones se disipan  en la pequeñez de los que somos.

Pero no por ello disminuye el amor de Dios, al contrario: es tan grande su misericordia y la importancia que Dios nos da como hijos e imagen suya que, no nos alcanzan las palabras para dar gracias a Dios por todo su amor y protección.

Meditando en estas cosas los santos se llenaron siempre de entusiasmo y alegría, por ello, sigamos aprendiendo de ellos a crecer en la gratitud hacia Dios.

Los santos que se veneran hoy, 3 de octubre son:

San Francisco de Borja, presbítero; San Cipriano de Toulon, obispo; San Dionisio Areopagita, Obispo y mártir;  San Gerardo de Namur, abad; San Hesiquio, monje; San Maximiano de Bagai, obispo; San Virila de Navarra, abad;

Santa Cándida de Roma, mártir; Beato Adelgoto de Chur, obispo; Beato Ambrosio Francisco Ferro y compañeros mártires; Beato Crescencio García Pobo, presbítero y mártir y  Beato Otón de Metten, abad.

Hoy, conoceremos a un santo que dejó todas las pompas de la corte para vivir la humildad de obedecer y sus planes cambiaron llegando a ser el Tercer Superior General de la Compañía de Jesús, dejando una huella de gran santidad y liderazgo.

El es san Francisco de Borja.

Oremos a este gran religioso que supo poner al servicio de la Iglesia todas las cualidades que desarrolló siendo un hombre de mundo:

Admirable San Francisco de Borja, grande en la tierra, pero mucho mayor en el cielo por tus admirables virtudes, ejemplo de príncipes y señores, guía de sacerdotes, modelo de religiosos y prelados, celosísimo del bien de las almas; que has merecido del Señor gracia especial para librar de las enfermedades a tus devotos, conservarles el honor, y hacer que recobren la buena fama; para apaciguar discordias, aplacar terremotos, y librar de sus estragos a tantos pueblos, que os invocan por protector y patrono; alcánzame del Señor buen uso de las riquezas, paciencia en las adversidades, desprecio de las pompas y vanidades del mundo, la salud y el bienestar del cuerpo que convenga para mi salvación, y sobre todo imitación perfecta de tus virtudes, para gozar contigo de la presencia de Dios en el cielo por los siglos sin fin. Amén

A veces se piensa que una persona muy preparada en los asuntos del mundo secular, no tiene mucho que aplicar en tareas de la Iglesia.

Pero el desarrollo en las áreas del conocimiento humano, tienen una fuente en Dios, que es la sabiduría y el organizador de todo lo que existe.

Saber administrar es algo que se necesita saber tanto en el mundo como en la vida de la Iglesia, pero... ¿Qué es lo que lo hace diferente?

El para que se administra: para los cristianos, todo es para el bien común y evitamos a toda costa la codicia y la ambición.

La vocación del servicio, el desprendimiento al reconocimiento y al lucro hace que se tenga la libertad para proyectar y desarrollar actividades que tengan un fruto espiritual y de mejoramiento en la calidad de vida de todos los implicados.

Ese sentido de trabajar para servir, es lo que ayuda a que usemos de las cosas temporales para alcanzar las eternas.

Elevemos siempre nuestro corazón a atesorar lo eterno, a alcanzar lo celestial.

San Francisco de Borja,

Ruega por nosotros.