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Cada día nos encomendamos al Señor con mucha fe.

 

Qué bueno caer en cuenta de algo muy importante:

 

Cada día, Dios nos da su bendición y su ayuda porque somos muy importantes para Él.

 

Así que, dejemos que el poder de su amor nos cubra y nos enseñe a hacer todo con alegría y paz.

 

De esta manera vivían los santos, y en Nuestro Catálogo Divino encontramos muchos ejemplos de esta cercanía de Dios con sus hijos para ayudarlos a alcanzar la santidad.

 

Pasemos a conocer a los santos que se veneran en este día.

 

Hoy, 27 de septiembre, nuestra Iglesia Católica recuerda los siguientes santos:

 

San Vicente de Paúl, presbítero; San Bonfilio, obispo; San Cayo, obispo; San Elzear, virgen; San Florentino, mártir; Santa Hiltrudis, virgen; Beato Juan Bautista Laborier, diácono y mártir y Beato Lorenzo de Ripafratta, presbítero.

 

En este día conoceremos a un santo sacerdote que ayudó a salvar muchas almas con un gran compromiso en su vida consagrada y a través de atender el sacramento de la reconciliación.

 

El es el Beato Lorenzo de Ripafratta.

Oremos pidiendo al Señor que nos conceda la perseverancia en el buen obrar como al Beato Lorenzo:

 

Oh Dios, que colmaste al beato Lorenzo

del amor a la observancia regular

y del ardor de la caridad;

concédenos, por su intercesión,

que, haciendo siempre lo más perfecto,

lleguemos a los gozos eternos.

Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

Lorenzo destacó por su sólida obediencia a su regla, pero también, al dejarse guiar por la caridad, supo cuando ser flexible y comprensivo para ayudar al prójimo, precisamente para favorecer su bienestar y dignidad.

 

De esta manera fue muy prudente, al ser paciente con los novicios, al ser misericordioso con los penitentes y al ser humilde y servicial ante los enfermos y necesitados.

 

Jesús nos enseñó que:  (Mc 2,23-28)

 

«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es Señor también del sábado»

 

Quería decir que las normas son ayuda para mantener el orden en la vida de las personas y las comunidades…

 

Pero las reglas no deben ser asfixiantes al punto que se pase por alto, las circunstancias excepcionales donde debe primar la misericordia.

 

El Espíritu Santo que nos inspira obedecer a Dios, también nos inspira a responder cuando el Señor en su misericordia da largas de paciencia para que alguien que se salta las reglas, pueda volver al bien, trayendo el orden a nuestra vida.

 

Para eso es la paciencia de Dios: no para desdibujar las normas, sino para que las personas podamos ir creciendo en la comprensión de ellas, para poderlas seguir a cabalidad y con libre conciencia.

 

Así es como la misericordia triunfa sobre el juicio.

 

Beato Lorenzo de Ripafratta,

 

Ruega por nosotros.