Bendiciones y paz para todos.
Las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía, desde Pamplona les enviamos un gran saludo.
Recuerden que elevamos al Señor nuestras oraciones por todos ustedes para que en estos pequeños espacios de espiritualidad, sus corazones se llenen de esperanza y buenas motivaciones. Y así, se animen a vivir la aventura de la santidad, que nos lleva a amar más a Dios y a todos los hermanos.
Los invitamos, entonces, a escuchar los nombres de los santos que se recuerdan hoy, en nuestro catálogo divino.
En este día 26 de octubre recordamos a: San Evaristo, papa; San Amando de Argentorato, Obispo; San Aptonio de Anguleme, Obispo; San Beano de Mortlach, Obispo; San Ceda de Lastingham, Obispo; San Alfredo, Rey; San Eata de Hexham, Obispo y Abad; San Felicisimo de Cartago, mártir; San Fulco de Pavía, obispo; San Luciano de Bitinia, mártir. San Marciano de Nicomedia, mártir; San Rogaciano de Cartago, presbítero y mártir; San Rústico de Narbona, obispo; San Sigebaldo de Metz, obispo; San Witta de Bürberg, obispo; Santa Gibitruda, vírgen; Beato Buenaventura de Potenza, presbítero y el Beato Damián Furcheri, presbítero.
Hoy, tenemos en nuestro catálogo divino la historia de un fraile franciscano que vivió con fidelidad su espiritualidad, y por medio de un gran dominio de sí mismo logró forjar grandes virtudes y prodigios espirituales.
El es el Beato Buenaventura de Potenza.
Oremos a este fiel religioso, para que nos alcance un gran amor a la obediencia a Dios:
Oh Dios de piedad, que en el beato Buenaventura de Potenza nos propones un modelo singular de obediencia y de amor solícito a los hermanos, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que también nosotros caminemos con gozo por la senda de la perfección, a la luz de tus mandatos. Amén.
Buenaventura tuvo una vida de singular santidad, basada en su sencillez para vivir la obediencia.
En su formación como franciscano, como sacerdote, como director de almas, Buenaventura encontró muchos mensajes de Dios que aplicó dócilmente y le ayudaron a profundizar su vida espiritual y a tomar decisiones sabias en su vida.
Pasando por encima de su personalidad impulsiva, pudo ver qué actitudes eran más agradables a Dios y transformarlas,
De esta manera, pudo descubrir cómo a medida que controlaba sus impulsos, al obtener virtudes y buenos frutos por su comportamiento, su vida se llenaba de paz y de luz, teniendo la posibilidad de iluminar con su testimonio de cambio a otros.
Pero ello pudo lograrlo a través de la obediencia.
No podemos vivir nuestra vida sin pasar por la obediencia: No podemos evitar las leyes de la naturaleza, no podemos controlar el clima, no podemos detener el tiempo.
De igual modo, en el desarrollo de las actividades humanas estamos en un continuo cumplir de normas y reglamentos que nos permiten coordinar y organizar todos los objetivos y logros que deseamos alcanzar como sociedad.
Cuando llegamos al punto de obedecer en familia y mucho más de obedecer a Dios, nos damos cuenta que aunque hace falta la obediencia es más difícil llevarla a cabo.
Pero, descubrimos que tomando decisiones orientadas por la obediencia ganamos una valiosa sabiduría.
Y en el caso de actividades colectivas, seguir el liderazgo de otro nos ayuda a saber encaminar y ensamblar nuestras fuerzas para cumplir exitosamente un objetivo.
El gran enemigo de la obediencia es el egoísmo.
El que obedece, no se equivoca.
Obediencia y paz.
Beato Buenaventura de Potenza,
Ruega por nosotros.
