Listen

Description

Bendiciones para todos los seguidores del Catálogo Divino.

Si hay alguno desanimado y falto de esperanza, le tenemos una gran propuesta:

Hemos aprendido de los santos, que no hay causa totalmente perdida y que en medio de nuestras limitaciones, el Señor puede cambiar el rumbo de nuestras vidas para un bien.

La clave es primero, revisar cómo estamos en nuestra conciencia con Dios y luego de restaurarnos con una buena confesión y un fuerte propósito de enmienda, nos daremos cuenta cómo esas puertas que necesitábamos abrir, nos dejar ver nuevas oportunidades para empezar de nuevo.

Los santos tuvieron muchos tropiezos, pero su deseo de hacer todo mejor cada día los animaba a buscar otra vez sus sueños.

Conozcamos entonces qué santos nos enseñan con sus vidas en este día, 10 de noviembre:

Ellos son: San Andrés Avelino, presbítero; San León Magno, papa; San Baudolino de Alejandría, ermitaño y obispo; San Demetrio de Antioquía, obispo;

San Justo de Canterbury, obispo; San Orestes de Tiana, mártir; San Probo de Ravena, obispo; Beato Acisclo Pina Piazuelo, religioso y mártir.

El santo de hoy, le dio un giro completo a su vida cuando comprendió que no podía ganar pasando por encima de la verdad, y decidió hacerse libre sirviendo totalmente al Señor.

El es San Andrés Avelino.

Se lo invoca, dado el modo en que murió, como patrono contra la muerte imprevista. Por ello oremos para no temer a la muerte porque vivimos dignamente ante el Señor.

Oh San Andrés Avelino, digno hijo de San Cayetano, te ruego, te constituyas en abogado mío ante el Altísimo y me obtengas de su misericordia, la gracia de vivir de tal manera que merezca morir con los auxilios de nuestra Santa Madre Iglesia.

Te pido ahuyentes toda asechanza del enemigo maligno a lo largo de mi existencia terrena y sobre todo en mis últimos momentos.

Haz que el Señor me libre de una muerte imprevista, de modo que pueda prepararme convenientemente a comparecer ante Él y pueda oír de tan justo y misericordioso Juez, una sentencia benigna y clemente. Así sea.

A San Andrés se le invoca como protector de una muerte imprevista.

¿Por qué el temor a esto?

Porque se puede morir sin estar en gracia de Dios.

San Andrés nos enseña que, más que tenerle miedo a la muerte, hay que hacer un buen examen de conciencia todos los días, reflexionando sobre nuestra conducta y buscando con regularidad el sacramento de la confesión.

Al mantenernos en estado de gracia, morir no es una desgracia.

Pero si sabemos que aún no hemos cumplido nuestra misión, pongamos por obra el servicio que Dios nos pide prestar y mantengamos la paz con El Señor y con los hermanos.

San Andrés Avelino,

Ruega por nosotros.