Es una bendición estar nuevamente con ustedes, para abrir una nueva página de nuestro dorado Catálogo Divino.
Si queremos inspiración para nuestro día a día, y si nos hace falta motivación para superar las adversidades cotidianas, pues, ¡nada mejor! Que la vida de otros seres humanos que con sus debilidades y luchas lograron la conquista de la vida eterna.
Es maravilloso ver la forma en que Dios apoya un alma con buena voluntad. Pues sólo basta con poner la voluntad para que Dios obre grandes maravillas.
Así que, con este ánimo, las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía, desde la ciudad de Pamplona, los invitan a colocar su vida entera en las manos de Dios, para que puedan experimentar la forma sobrenatural en la que Él actúa, cuando confiamos verdaderamente en Él.
Y, para tener más muestras del resultado que se obtiene al confiar en Dios y al caminar cumpliendo sus justos mandamientos, demos paso a los Santos que la Santa Iglesia recuerda hoy, 14 de noviembre:
Algunos de ellos son:
San Alberico, abad; San Andrónico, monje; San Antigio, obispo; San Dubricio de Bardsey, obispo y abad; San Esteban Teodoro Cuénot, obispo; San Hipacio de Gangres, obispo y mártir; San Jocundo, obispo; San Juan de Traú, Obispo; San Lorenzo O´Toole, Obispo;
San Rufo de Aviñón, obispo; San Serapio o Serapión, mártir; San Siardo de Mariëngaarde, abad, San Teodoto de Heraclea, mártir; Santa Trahamunda de Pontevedra, virgen y mártir; San Venerando de Troyes, obispo y mártir; San Vitón, obispo; Beato Juan de Licio, presbítero y el Beato Juan de Tufaria, eremita.
Hoy llega a nosotros la historia de un hombre valeroso que se enlisto con los ejércitos cruzados para defender la fe y luego continuó su servicio como religioso Mercedario, hasta entregar la vida como un mártir en rescate por los cautivos.
Este hombre es San Serapio de Algeria.
Pidamos al Señor, por intercesión de este santo, para que aprendamos a sobrellevar nuestras dificultades con el amor y fe que él tuvo.
Oh Dios fuerza y esperanza de los oprimidos, que otorgaste a san Serapio la gracia de morir mártir en la cruz para liberar a los cristianos cautivos; concédenos vivir abrazados a cruz de tu Hijo y servir con activa solicitud a nuestros hermanos necesitados. Amén
Cuanto nos falta la valentía en estos tiempos. Las nuevas generaciones crecen con muchas inseguridades, y todo les genera temor.
Por ello, es nuestro deber enseñar que la valentía nos da la fuerza para sobrepasar el miedo, entendiendo que las cosas que suceden son pasajeras y todo pasa.
Pero lo que no pasa es la verdad eterna de que Cristo es nuestro Señor y que nos llama a vivir en santidad.
Así que sigamos animosos nuestro camino de santidad, a ejemplo de este gran santo.
San Serapio
Ruega por nosotros