Listen

Description

Un saludo de las Hermanas Trovadoras de la Eucaristía desde Pamplona, Colombia.

 

Nuestro Catálogo Divino trae en sus doradas páginas las innumerables historias de santidad que han hecho hermosa a nuestra Iglesia Católica con el testimonio de tantos hijos que han creído en Jesucristo.

 

Especialmente, en quienes han creído y acogido la gran noticia del inmenso amor que nos tiene Dios a cada uno de nosotros.

 

Y es que, una historia de santidad es la historia de una persona que se deja amar y salvar por ese amor divino.

 

Si queremos ser salvados por el amor, entonces pidamos la intercesión de los santos, que se recuerdan en este día, 23 de octubre, para que nos dejemos salvar por Jesucristo:

 

San Juan Capistrano, presbítero; San Alucio de Campugliano, Confesor; San Benito de Poitiers, presbítero; Santa Etelfleda, Abadesa;  San Juan de Siracusa, Obispo; San Ignacio, Patriarca de Constantinopla;

 

San Pablo Tong Viet Buong, Mártir; San Román de Rouen, Obispo; Santos Servando y Germán, Mártires; San Severino de Colonia, Obispo; San Severino Boecio, Filósofo y mártir; San Teodoreto de Antioquía, Mártir;

 

Beatos Ildefonso García, Justiniano Cuesta y compañeros mártires; san Pablo Tong Veit Buong, mártir; beato Juan Ángel Porro, presbítero religioso; beatos Ambrosio León Lorente, Florencio Martín Ibáñez y Honorato Andrés Zorraqu, religiosos y mártires y Beato Tomás Thwing, presbítero y Mártir.

 

En este día, descubramos a uno de los predicadores más entusiastas y reconocidos de nuestra Iglesia católica, que pasó de ser un gobernador a humilde fraile, pero que en su decisión a vivir el camino a la humildad, obtuvo un don para llenar a las almas de fervor y deseos de conversión.

 

El es San Juan de Capistrano.

Oremos pidiendo al Señor la radicalidad de este santo:

 

Oh Dios, que suscitaste a san Juan de Capistrano para confortar a tu pueblo en las adversidades, te rogamos humildemente que reafirmes nuestra confianza en tu protección y conserves en paz a tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Ser radical es algo que debe volverse a cristianizar:

 

Radical nos recuerda lo que proviene de la raíz y por lo tanto, es lo que da vida al resto de la planta, al resto de la vida.

 

El cristiano, al encontrarse con el amor total e incondicional de Jesucristo, no se contenta con darle una respuesta indecisa ni inconforme.

 

Es una respuesta de amor que agradece, que ubica como criatura necesitada de Dios y al mismo tiempo expresa lo sorprendidos que estamos de un Dios que nos ama tanto.

 

No hay espacio para ser creyente a medias.

 

De igual modo, el compromiso no brota de la obligación, sino de una decisión madura y fiel ante la verdad de este amor divino que nos reclama vivir una conversión y una santidad de vida.

 

Así como Dios nos ama fiel y cabalmente, los cristianos debemos responder con el amor que seamos capaces de dar.

 

Sólo este amor da sentido a la vida.

 

San Juan de Capistrano,

 

Ruega por nosotros.