Cada día aprendemos más y más. La experiencia de vida nos va dejando fortalezas, ideas nuevas, otros sueños por cumplir. Y también tenemos un poco de sabiduría que compartir con nuestros compañeros de camino. De lo errores se aprende Y si se aprende, se mejora.
Así, poco a poco fueron progresando humana y espiritualmente, los santos. No tuvieron excepción en cuanto a cometer errores, como cualquier persona. Lo que tenían de diferente, era su actitud al corregirse. Por ello, llenémonos de ánimo reconociendo que todos podemos cambiar y mejorar.
Y conozcamos sus historias, aquí, en nuestro Catálogo divino. Primero, conozcamos a los santos que se veneran hoy, 18 de noviembre: Ellos son: San Odón de Cluny, abad; San Maudeto, abad; San Patroclo de Colombiers, presbítero; San Romacario de Constanza, obispo; San Román de Antioquía, diácono y mártir; San Teofredo de Calmeliac, abad y mártir; Santa Bárula, mártir; Santa Rosa Felipa Duchesne, virgen; Beata Carolina Kózka, virgen y mártir y Beato Grimoaldo de la Purificación Santamaría, religioso.
Hoy conoceremos la vida de un sacerdote que en medio de una gran lucha espiritual, descubrió la gracia de Dios para ayudarlo en sus tentaciones y transformando totalmente su vida.
El es San Patroclo de Colombiers.
Muchos de nosotros que queremos vivir nuestra fe como debe ser, podemos estar enfrentando como san Patroclo, grandes tentaciones que nos quieren apartar de Dios, oremos con mucha humildad pidiendo la ayuda divina para no caer en ellas:
«¡Señor, no permitas que caiga en tentación, concédeme la gracia de estar en vela para no entrar en el vicio de la tentación, para reconocerme un pecador que requiere de la luz del Espíritu! ¡No dejes, Señor, que me abone al pecado porque éste, no es más que el fruto de mi consentimiento explícito a las tentaciones que el demonio abona en mi corazón!
¡Concédeme la gracia de la humildad y la sencillez de corazón para no caer en el orgullo de pensar que por mí mismo me basta para vencer la tentación! ¡No permitas, Señor, que mi vanagloria y mi autosuficiencia me hagan creer que no voy a ceder ante la tentación; sé, Señor, que la tentación está presente en el mundo por esto quiero convertir cada tentación vencida en una prueba de fe! Amén.
Hay momentos en nuestra vida en que cuando descuidamos nuestro equilibrio en los aspectos humanos de nuestra vida, dejamos puertas abiertas a tentaciones que se llevan por delante nuestra vida espiritual. Estas tentaciones pueden ser tan fuertes que pueden casi superar nuestros sentidos y nuestra capacidad de reflexionar con lógica.
Recordemos siempre que Dios no nos abandona y que si nos rendimos al Señor, con la humildad de los niños, encontraremos en Dios la fuerza y la paz que necesitamos. No olvidemos que ser tentado no es pecar, y tampoco que es la fuerza de Dios la que nos sostiene.
Más bien, apartémonos de las ocasiones de pecado, incluyamos el ayuno y más tiempo de oración y meditación de la Palabra de Dios en nuestra vida diaria y así facilitaremos la acción del Espíritu Santo que es el Santificador que nos llevará a lograr la conversión deseada para nuestras vidas.
No decaigamos en el ánimo, pues Dios es más fuerte que nuestra debilidad. Por el derramamiento de su Preciosa Sangre, Jesús nos hace vencedores en la lucha contra el pecado.
San Patroclo de Colombiers,
Ruega por nosotros.