Bienvenidos a dar un paseo celestial con las Hermanas Trovadoras.
Vamos a recorrer las doradas páginas del Catálogo Divino, en el cual la vida de los santos nos llena sabiduría y alegría para seguir a Jesucristo hacia la santidad.
A veces un encuentro con Jesucristo abre una etapa de grandes cambios en la vida de la persona, que, guiada por el amor de Dios, se transforma en una persona nueva.
Y se llena de entusiasmo y valentía para añadirse a la construcción de un mundo nuevo, empezando por renovar su propia vida, llevando a la Iglesia a renovarse también.
Busquemos en nuestro catálogo divino, ¿qué santos en este día nos animan a seguir soñando y caminando para restaurar el mundo?
Los santos venerados en este día 15 de noviembre son:
San Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia; San Desiderio de Cahors, Obispo; San Fidenciano y compañeros mártires; santos Marino, obispo, y Aniano, mártires; San Sidonio, abad;
San Rafael de San José Kalinowski, presbítero religioso; san José Pignatelli, presbítero religioso; San José Mkasa Balikuddembé, mártir; santos Roque González y Alfonso Rodríguez, presbíteros religiosos
Beata María de la Pasión, religiosa y fundadora; Beatos mártires Ricardo Whiting, abad, Roge James y Juan Thorne, presbíteros; Beata Lucía Brocadelli, religiosa y Beato Cayo Coreano, mártir;
En este día, engalana nuestro Catálogo divino la historia de un religioso carmelita que es considerado el «Restaurador del Carmelo Polaco», y fue tal la admiración que produjo en San Juan Pablo II, que por su testimonio, el Santo Padre intentó dos veces ser carmelita.
El es San Rafael de San José Kalinowski.
Rafael Kalinowski conoció a fondo las divisiones de los cristianos entre católicos, ortodoxos y protestantes, y trabajó mucho para pedir la intercesión de la Virgen María por la unidad de los cristianos.
Pidamos también la gracia de ser constructores de la comunión en la Iglesia:
Oh Dios, que concediste a san Rafael, espíritu de fortaleza en las adversidades y extraordinario celo de caridad para promover la unidad de la Iglesia; concédenos, por su intercesión, ser fuertes en la fe y amarnos unos a otros para colaborar generosamente en la unión de todos los fieles en Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.
Son muchísimas más las lecciones de espiritualidad que este santo nos dejó pero llevemos la siguiente en el corazón.
San Rafael estaba convencido de que todos los cristianos estamos llamados a la santidad y de que cada uno debe vivirla en su propio estado de vida, en sus actividades cotidianas.
Por eso, escuchemos este último consejo para que todos alcancemos la santidad:
“No podemos dudar de que Dios, en su misericordia, ha destinado un deber a cada uno, que debe cumplir en este mundo. Si quieres ser santo, ser perfecto, sé un fiel ejecutor de tus deberes”.
San Rafael Kalinowski,
Ruega por nosotros