Un cordial saludo para todos los seguidores del Catálogo divino.
En este día en que Dios nos abre el cielo para derramar sus gracias, los invitamos a pedir con mucha fe, esos bienes que necesitan.
Nos unimos a sus oraciones y esperamos que vivan a manos llenas, cargados de la gracia de Dios.
Los santos nos siguen invitando a pensar de qué manera vamos encaminando nuestra vida: si actuamos para agradar a Dios o si lo hacemos para ser admirados por los demás.
Ojalá que descubramos la libertad y la dicha que tiene hacer las cosas sólo por agradar a Dios…
…porque de ellas recibiremos nuestra recompensa en el cielo.
Pidamos a los santos que nos ayuden a proyectarnos al cielo, especialmente, a los que se veneran en este día, 24 de noviembre:
Ellos son:
Santos Andrés Dung Lac y compañeros mártires; San Crisógono de Aquileya, mártir; Santa Firmina de Amelia, mártir; San Protasio, obispo; San Romano, presbítero;
San Colmano, obispo; San Porciano, abad; Santa Flora y María de Córdoba, vírgenes y mártires; San Alberto de Lovaina, obispo y mártir;
Santos mártires Pedro Dumoulin-Borie, obispo, Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, presbíteros; Beato Bálsamo de Cava, abad;
Beata María Ana Sala, virgen; Beata Niceta de santa Prudencia y compañeras, vírgenes y mártires, Beata Inés Tsao Kui, mártir.
Hoy tenemos la inusual historia de un joven príncipe y obispo que murió mártir por defender la libertad de la Iglesia.
El es San Alberto de Lovaina.
Oremos pidiendo al Señor que nos ayude a dar a cada cosa su lugar, y que busquemos siempre primero sus caminos:
Padre Bueno, Tú siempre buscas mi bien y sólo mi bien. Tú quieres mi salvación eterna. Me hiciste para vivir en intimidad contigo en el tiempo y en la eternidad. ¡Qué más puedo desear! ¡Gracias, Padre!
No me impones un destino, me hiciste libre y quieres que yo elija. Pero a veces preferiría no tener que elegir; temo equivocarme.
Sólo quiero agradarte, hacer el bien y alcanzar la vida eterna. Quiero obedecerte porque quiero agradarte. Quiero lo que Tú quieras porque te quiero.
Y si hago lo que tú quieres me irá siempre bien. Quién hace tu Voluntad se salva. Padre Nuestro, hágase tu voluntad.
Cada vez que tomamos una decisión es muy importante invitar a Dios para iluminarla.
Descubrir que hacemos un equipo con Dios para tener una vida en paz es la gran diferencia, a vivir solos y sufriendo, sometidos a las consecuencias de las malas decisiones.
Dios quiere lo mejor para nosotros. Es nuestro mejor consejero.
Recordemos que hemos nacido para su gloria, su amor y su servicio.
Así decidiremos bien.
San Alberto de Lovaina,
Ruega por nosotros.