San Policarpo
Obispo y mártir
Volvemos a encontrarnos en este paseo celestial, recorriendo las páginas de nuestro catálogo divino.
En esta cita con la santidad, la vida de los bienaventurados, nos anima a seguir adelante en nuestra lucha por el bien y la verdad.
Para conocer más historias de santidad, busquemos en las páginas doradas del catálogo divino, los nombre de los santos recordados hoy 23 de febrero:
San Policarpo, obispo y mártir; San Juan Segador, monje; Santa Milburga, virgen y San Sireno, mártir.
El santo de hoy fue un discípulo del apóstol Juan, también fue obispo y mártir de la Iglesia. Por haber recibido directamente su conocimiento de los apóstoles es considerado uno de los tres Padres apostólicos principales junto a San Clemente de Roma y san Ignacio de Antioquía.
El es San Policarpo de Esmirna
Oremos con esa preciosa Oración que elevó San Policarpo antes de su martirio
“Señor, Dios todopoderoso, Padre de nuestro amado y bendito Jesucristo, Hijo tuyo, por quien te hemos conocido; Dios de los ángeles, de los arcángeles, de toda criatura y de todos los justos que viven en tu presencia: te bendigo, porque en este día y en esta hora me has concedido ser contado entre el número de tus mártires, participar del cáliz de Cristo y, por el Espíritu Santo, ser destinado a la resurrección de la vida eterna en la incorruptibilidad del alma y del cuerpo.
¡Ojalá que sea yo también contado entre el número de tus santos como un sacrificio enjundioso y agradable, tal como lo dispusiste de antemano, me lo diste a conocer y ahora lo cumples, oh Dios veraz e ignorante de la mentira!
Por esto te alabo, te bendigo y te glorifico en todas las cosas por medio de tu Hijo amado Jesucristo, eterno y celestial Pontífice. Por él a ti, en unión con él mismo y el Espíritu Santo, sea la gloria ahora y en el futuro, por los siglos de los siglos. Amén”.
Es muy importante, estar dispuestos a escuchar y recibir la enseñanza de nuestros mayores, su historia, sus ejemplos, su fe.
Nuestra fe se ha transmitido de generación en generación de persona a persona.
Pero no son tradiciones vacías, son experiencias de Dios que nos disponen para tener nuestra propia experiencia y así enriquecer la santidad de la Iglesia.
Pidamos a este santo nos ayude a conservar la enseñanza de la fe que hemos recibido con toda fidelidad.
San Policarpo
Ruega por nosotros
