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Cada día, la vida nos trae sorpresas…

 

Y los imprevistos nos desordenan la agenda.

 

Pero algo que no nos faltará es el amor de Dios para acompañarnos en cada cosa que realizamos.

 

Por eso, paciencia, que Dios nos ayudará a que nuestra agenda, dé mejores frutos de lo que habíamos planeado.

 

Los santos tenían grandes proyectos, pero Dios les escribía su agenda.

 

Y siguiendo las luces del Espíritu Santo hacían maravillas que humanamente parecían imposibles.

 

Así que si deseamos que Dios nos ayude a cumplir nuestra agenda, pidamos a los santos que interceden por nosotros en este día 16 de febrero, su oración por nosotros.

 

En nuestro catálogo divino de este día, recordamos a los siguientes santos:

 

Santa Juliana de Nicodemia, mártir; Santos Elías, Jeremías, Isaías, Samuel, Daniel y compañeros Mártires; San Maruta, obispo;

 

Beata Filippa Mareri, virgen; Beato Mariano Arciero,  presbítero; Beato José Allamano, presbítero y Beato Nicolás Paglia, presbítero.

 

En este día, conoceremos a una de las primeras mujeres que vivieron el carisma franciscano y que decidió seguir su estilo de vida como lo vivían las Clarisas de San Damián junto a algunas compañeras.

 

Es la Beata Filippa Mareri.

 

Pidamos al Señor que nos ayude a ver qué es lo verdaderamente esencial para nuestra felicidad.

 

Infunde, Señor, en nuestros corazones el mismo espíritu con que enriqueciste a la beata Felipa Mareri, para que lleguemos a un conocimiento profundo del misterio incomparable del amor de Cristo y alcancemos nuestra plenitud según la plenitud total de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Filippa nos deja este hermoso consejo.

 

Persevera hasta el fin en el servicio del Creador,

que tiene en cuenta no el principio, sino el buen fin.

 

Cuando reflexionábamos al principio sobre los cambios que surgen en nuestra agenda, nos hacía pensar en cómo nos hacemos muchos propósitos diariamente, que cuando no podemos cumplirlos, nos llena de desaliento y disgusto.

 

Pero este consejo de Filippa, nos hace pensar en que hay muchos propósitos momentáneos, pero hay unos muy importantes que nos llevan incluso hasta la vida eterna.

 

El principal es: vivir una vida digna de lo que Dios desea para nosotros.

 

Es decir, vivir según los principios de nuestra fe.

 

Cuando queremos estar con Dios, hacemos propósito de erradicar los pecados capitales, de cumplir los mandamientos, pero sobre todo, de tener unos sentimientos como los de Cristo que nos ayuden a vivir la misericordia y el servicio con honestidad y desinterés.

 

Eso implica dejar que Dios limpie nuestro corazón para que todos nuestros propósitos sean sanos y honestos.

 

No siempre nos levantamos con las ganas de ser simpáticos o caritativos; por ello, este propósito de ser un buen cristiano es algo que no podemos borrar de nuestra agenda.

 

Todo depende de las decisiones de lo que queremos hacer en nuestro día.

 

Ser bueno es una decisión. Una elección.

 

No es algo que hagamos por horas o por días. Hay que perseverar.

 

Por ello, pidamos a Dios nos ayude a ser fieles en nuestro propósito de hacer el bien en toda circunstancia y actuar con corazón limpio.

 

Beata Filippa Mareri,

 

Ruega por nosotros.