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Bendiciones del Señor para todos los oyentes del Catálogo Divino

 

No sabemos lo que la vida nos va a traer a la vuelta de la esquina.

 

Las sorpresas que nos podemos llevar pueden ser una manera en Dios llame nuestra atención a cosas que no habíamos pensado anteriormente, y que es necesario que revisemos.

 

Pidiendo la luz al Espíritu Santo, seguramente esas anécdotas de nuestra vida pueden tener una gran sabiduría para poner en práctica.

 

Los santos no solo aprendían de los libros. Ellos también se esmeraban en ser atentos observadores para ver en las situaciones cotidianas, el lenguaje de Dios que los llamaba a buscar la verdad y la justicia.

 

Por ello, junto a los santos aprendamos a tener una mirada atenta y clara para aprender de nuestra propia experiencia.

 

Los santos venerados en este día 19 de febrero son:

 

San Conrado Confalonieri, Ermitaño; San Quodvultdeus, Obispo; Santos Mártires de Palestina; San Mansueto de Milán, Obispo;

 

San Barbado de Benevento, Obispo; San Jorge de Vabres, Monje; san Proclo, Monje; san Bonifacio de Lausana, obispo; santa Lucía Yi Zhenmei, virgen y mártir;

 

San Beato, presbítero y monje; Beato Álvaro de Zamora, presbítero religioso; beata Isabel Picenardi, virgen y el Beato José Zaplata, Religioso y mártir.

 

Hoy, nos sorprende la historia de un santo que a raíz de los perjuicios que causó a un inocente, por un incendio que él mismo provocó, dio un giro total a su vida dedicándose por completo a Dios.

 

El es San Conrado Confalonieri.

 

Oremos a este santo que no dejó perder la oportunidad de cambiar de vida para que nosotros hagamos lo mismo:

 

Oh Señor, justo y bueno, que llamaste a la vida de retiro y penitencia a san Conrado, movido por el sentido de la justicia, te pedimos, por su intercesión, valorar en su justa medida las cosas de este mundo, y anhelar las del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

Verse en una desgracia provocada por él mismo fue el puente para que San Conrado decidiera transformar su vida.

Se había dado cuenta que en su vanidad y frivolidades le habían endurecido el corazón hasta el punto que no le importó en un momento que alguien perdiera la vida o sus bienes por su soberbia e irresponsabilidad.

 

Al verse pobre, decidió empezar a ofrecer esas necesidades como penitencia por los excesos de su vida pasada, muy unido a la oración.

 

Otras personas hubieran podido, dejar de creer en Dios o dedicarse a la delincuencia o mil reacciones más.

 

Pero Conrado decidió lo mejor, dejándose iluminar por el Espíritu Santo.

 

No todos vamos a pensar en ello en un primer momento, pero es seguro que de las experiencias dolorosas que vivimos si les damos el sentido más adecuado podemos encontrar en ellas un empuje tremendo para hacer que nuestra vida tome un nuevo rumbo…

 

…y sobre todo para que muchas cosas que están en desorden o descuidadas las retomemos con paz y les pongamos el orden y la dedicación debidas.

 

No esperemos a llegar a un colapso para detenernos en acciones que no nos hacen bien o pensamientos o actitudes que nos hacen daño.

 

Empezando por aceptar la realidad y orar mucho, muy pronto lograremos darle el sentido correcto a las cosas malas que nos pasan y así descubriremos, lo que debemos sanar.

 

Y lo mejor de todo, comprobaremos que Dios nos da la fuerza para hacer todo nuevo y mejor.

 

Dios nos da un horizonte positivo y lleno de confianza en el futuro.

 

De esta manera, es que los cristianos somos salvados por la esperanza.

 

San Conrado Confalonieri,

 

Ruega por nosotros.