Santa Francisca Romana
Viuda y fundadora
Caminamos juntos hacia la patria celestial.
Llevamos como alimento la Palabra de Dios y contamos con la grata compañía de nuestros hermanos.
A cada paso, vamos descubriendo la misericordia de Dios que nos provee de lo necesario.
Y cada día, aprendemos nuevas cosas que nos permiten ser más prudentes y justos en todas nuestras acciones.
Sin darnos cuenta, nos vamos haciendo santos, levantándonos rápido de nuestras caídas y siguiendo en comunión.
Porque anhelamos el cielo venimos a nuestra cita con el catálogo divino, para aprender de nuestros hermanos, los santos, una nueva enseñanza.
Los santos que hoy, 9 de marzo, recordamos son:
Santa Catalina de Bolonia, virgen; San Bruno, obispo, y compañeros mártires; San Paciano, obispo; San Vital de Castronovo, monje; Santa Francisca Romana, viuda y religiosa.
Hoy conoceremos la vida de una mujer que vivió santamente su vida matrimonial y luego la religiosa y como dato curiosos, a los 400 años de su canonización el papa Benedicto XVI, la exaltó denominándola la más romana de las santas, debido a su fidelidad a la Iglesia. Ella es:
Santa Francisca Romana.
Francisca es venerada entre los benedictinos como patrona de todos los oblatos de la orden.
En 1925 el papa Pío XI la declaró santa patrona de los automovilistas, a causa de una leyenda según la cual un ángel solía alumbrarle el camino con una linterna mientras viajaba, manteniéndola a salvo de infortunios.
Oremos a esta gran santa para que siempre hagamos uso de la gracia de Dios para afrontar nuestros desafíos en la vida:
Oh Dios, que nos diste en santa Francisca Romana modelo singular de vida matrimonial y monástica, concédenos vivir en tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas las circunstancias de la vida. Amén.
Dichosa el alma que se entrega al amor de Dios.
Cuántos de nosotros anhelamos vivir bien o el matrimonio o la vida consagrada, para realizar bien la misión que Dios nos ha encomendado.
Pero el Señor nos da día a día en su Palabra divina y los sacramentos, todas las respuestas y capacidades para poder lograrlo.
Sólo nos falta fe y usar esas herramientas con decisión.
Y si nos falta un impulso, recordemos el gran socio para la santidad que tenemos en nuestro ángel de la guarda, que, como seguro amigo y consejero, nos ayuda siempre a tomar las mejores decisiones.
Recuerden que esta vida es una sola, vivamos apasionadamente este camino hacia el cielo y hagamos todo el bien posible, para vivir la vida eterna
Santa Francisca Romana,
Ruega por nosotros.