Santa Matilde de Ringelheim
Reina
Paz a todos sus corazones, que desean recibir la misericordia de Dios.
En este tiempo de reflexión, nos detenemos a mirar con cuidado nuestras limitaciones y defectos, para poder trabajar en ellos e irlos dominando o superarlos. Ojalá podamos progresar mucho en ese crecimiento personal.
Sin embargo, éste es también un tiempo de descubrir el inmenso amor que Dios nos tiene, pues, a pesar de nuestra fragilidad, nos acoge como Padre amoroso que desea acompañarnos y apoyarnos en este camino de conversión.
Con esa seguridad en Dios, los santos se propusieron vivir haciendo el mayor bien posible.
Por ello, sigamos conociendo historias de santidad que nos animen a vivir la gratitud y docilidad a Dios.
Claro que sí. Los santos que se recuerdan en nuestra Iglesia, hoy 14 de marzo, son:
Santa Matilde, reina; San Lázaro de Milán, Obispo; San Alejandro de Pidna, mártir; San Leobino de Chartres, obispo; Santa Paulina de Fulda, religiosa;
Beato Agno de Zaragoza, obispo; beata Eva del Monte Cornelio, reclusa; Beato Jacobo Cusmano, presbítero y beato Plácido Riccardi, presbítero.
La santa de hoy fue reina, y como cualquier madre sufrió por la rivalidad entre sus hijos, a los que encomendó a Dios como buena cristiana, enfrentando siempre sus problemas con ferviente oración y continua caridad, en la que fue tan generosa y desprendida que era reconocida como una Reina Humilde. Ella es Santa Matilde.
Cuando Matilde cumplió 70 años se dispuso a pasar a la eternidad y repartió entre los más necesitados todo lo que tenía en sus habitaciones, y rodeada de sus hijos y de sus nietos, murió santamente el 14 de marzo del año 968.
Sus restos mortales descansan junto a los de su esposo Enrique en la Iglesia de San Servancio, lugar que su hijo Otón había fundado a petición suya para consagrarlo a la memoria de él.
Oremos a esta santa que supo gobernar su hogar y su reino siempre apoyada en la guía y gracia de Dios, para que también nosotros gobernemos bien nuestra vida:
Santa Matilde, reina santa y generosa: te rogamos, por tu intercesión, por todas los que tienen altos puestos o bienes de fortuna, sepan compartir sus bienes con los pobres con toda la generosidad posible, para que así se ganen los premios del cielo con sus limosnas en la tierra.
Consigue la gracia de Dios a todos los casados para que sepan edificar en santidad a sus parejas y conducirlos por caminos de justicia.
Oh sierva de Dios y humilde Reina Santa Matilde, patrona de las viudas, matrimonios y familias numerosas, reina bondadosa que cuidaste de los pobres, a pesar de las burlas de tus propios hijos, ruega por nosotros que acudimos a Ti. Todo esto lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
Cuantos retos pueden vivirse tras las puertas de un hogar. Con dinero o sin dinero, uno de nuestros grandes dolores de cabeza es la armonía de nuestra familia.
Es innegable que una gran fuente de nuestra felicidad, después de estar en gracia de Dios, con las buenas relaciones y el amor y compañía de nuestra familia.
Pero, a veces, es de las últimas cosas en las cuales nos ocupamos por mejorar y restaurar. Nos esmeramos mucho en ganar el sustento diario, pero no vemos nuevas formas de mejorar nuestra manera de amar, convivir y perdonar.
Esta Santa nos demuestra que para lograrlo, primero hay que poner los corazones de nuestros seres queridos en las manos de Dios pero también hacer todo lo posible para dar amor y reparar los puentes rotos por las diferencias.
Santa Matilde,
Ruega por nosotros.