Un saludo fraterno deseándoles salud y alegría en el Señor.
Cada existencia es como una colección de momentos y decisiones.
Si tenemos puesta nuestra confianza en Dios, entonces esos momentos y decisiones estarán llenos de luz.
A veces, sufrimos innecesariamente cuando perdemos de vista que realmente Dios nos ama con todo su corazón y nos desea lo mejor.
En cambio, el que tiene esa certeza puede avanzar por la vida con energía y alegría, motivado siempre por la esperanza.
Los santos lograron hacerlo así y crecer en su santidad cuando tuvieron conciencia de ello.
Les invitamos a conocer más vidas de santos en nuestro catálogo divino.
Hoy, son recordados los siguientes bienaventurados:
Santas Marana y Cira, vírgenes, San Osvaldo, obispo; Beata Antonia de Florencia, viuda y religiosa; Beato Daniel Alejo Brottier, presbítero y Beato Timoteo Trojanowski, presbítero y mártir.
En este día tenemos la historia de una religiosa italiana que había enviudado dos veces y que, en su comunidad religiosa, fue protagonista de una reforma al interior de su familia espiritual.
Se sabe poco de la infancia de Antonia, salvo que nació en Florencia en 1401;
Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a la beata Antonia de Florencia por el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos a nosotros, por intercesión de esta santa, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones. Amén
La beata Antonia nos deja innumerables enseñanzas.
Nos edifica su confianza en Dios ante los desvaríos de su hijo alejado de la fe.
A veces, resulta difícil para el creyente, saber que sus seres queridos no viven de acuerdo a la fe y a veces, lamentablemente, sufren mucho a causa de las malas decisiones.
Sobrellevar esa tristeza se hace posible por la oración ferviente por su conversión y sanación interior y a veces también física.
En los misteriosos caminos de Dios, seremos juzgados por una ley de libertad, como dice el apóstol.
La libertad de elegir nuestras opciones de vida, implica una responsabilidad.
Pero, para tomar decisiones responsablemente, cada persona debe ser consciente de las consecuencias de lo que decide.
...y en muchos casos, el alejamiento de Dios, impide que su luz llegue a esas conciencias para que se elija lo que sea mejor para la vida.
Dios permite que las personas puedan experimentar esas sombras, pero también acude presuroso cuando las almas quieren recibir su luz.
Pero la cercanía a Dios por medio de la oración y primordialmente de los sacramentos, abre las barreras para que entre la luz santificadora y llena de sabiduría de Dios y se dé la conversión.
Oremos sin cesar para que la luz de Dios, disipa todas nuestras sombras.
Beata Antonia de Florencia,
Ruega por nosotros.
