Bendiciones para todos nuestros oyentes.
Qué alegría seguir compartiendo con ustedes más motivos para desear la santidad aprendiendo de los bienaventurados, aquí en nuestro catálogo divino.
Si deseamos la felicidad, entonces, realmente estamos deseando la santidad.
Sólo podemos ser felices cuando dejamos que Dios nos enseñe a ser nosotros mismos y con la ayuda de su gracia nos permita proyectar nuestros dones y talentos llenos de su amor divino.
Pidamos a los santos que nosotros también podamos dejar a Dios ser el artista de nuestras vidas, haciéndola una obra de arte.
Y en especial pidamos esta gracia a los santos que se veneran hoy, 6 de marzo. Algunos de ellos son:
Santa Coleta Boylet, Virgen; San Crodegango de Metz, Obispo; San Evagrio de Constantinopla, Obispo; San Fridolino, Abad;
San Julián de Toledo, Obispo; San Marciano de Tortona, Obispo y mártir; San Olegario de Tarragona, Obispo;
San Esio de Amorio y cuarenta y dos compañeros mártires de Siria; San Víctor de Nicomedia y compañeros Mártires; Santa Inés, Abadesa y Beata Rosa de Viterbo, Virgen.
Hoy, tenemos para compartirles la historia de una santa religiosa clarisa que quiso vivir su carisma de una manera más cercana a como lo vivió Santa Clara de Asís y fue una activa reformadora y fundadora de monasterios.
Ella es Santa Coleta.
Preguntémonos qué cosas debemos reformar en nuestra vida.
A veces, tenemos buenos propósitos que vamos modificando, debido a los nuevos intereses y beneficios que podamos alcanzar, pero que nos alejan del querer de Dios.
Es importante que pidamos al señor nos conceda una pureza en nuestras intenciones, en nuestras ideas.
Que su luz ilumine nuestros anhelos de tal manera que no desviemos las buenas inspiraciones que tenemos al encauzar nuestras vidas.
Somos nosotros los que decidimos sobre nuestra vida y es necesario recordar que la disciplina no hace más que permitirnos ser perseverantes y conscientes de nuestros actos.
Qué bueno sería retomar las cosas buenas que hemos dejado de hacer y mejorar lo que podemos hacer aún mejor.
Eso significa que en este camino de Dios, dejamos que su gracia nos ayude a ser cada día mejores personas.
Volvamos siempre a la fuente del bien: Jesucristo.
Y escuchando su Palabra, descubramos la paz.
Santa Coleta,
Ruega por nosotros.
