Abundantes bendiciones para todos los oyentes del Catálogo divino, que conservan la llama de la fe bien encendida en sus corazones.
Nos alegramos mucho de llegar a sus hogares y lugares de trabajo, para acompañarles en este camino de todos los días hacia la santidad.
Dios no mira nuestra apariencia sino nuestro corazón; por ello, los santos nos invitan a realizar las pequeñas cosas cotidianas con la convicción de que, todo lo que hagamos con amor y rectitud, es una alabanza agradecida a Dios.
Sigamos conociendo a aquellos santos que se llenaron de Dios, viviendo su vida cotidiana guiados por la fe.
Son historias extraordinarias que vale la pena escuchar con alegría.
Algunos de los santos venerados en este día, 12 de marzo son:
San Maximiliano de Numidia, mártir; santos mártires Mígdono, presbítero, Eugenio, Máximo, Domna, Mardonio, Pedro, Esmaragdo e Hilario; san Pedro, Doroteo y Gorgonio, mártires;
San Pablo Aureliano, obispo; san Teófanes “Cronógrafo”, monje; san Elpegio, obispo y monje; beata Fina, virgen; beato Jerónimo Gherarducci, presbítero religioso;
Beata Justina Francucci Bezzoli, virgen y reclusa; san José Zhang Dapeng, mártir; beata Ángela Salawa, virgen terciaria y el beato Luis Orione, presbítero.
En este día, nos da un gran testimonio una beata que en la laboriosa y sencilla vida de una empleada doméstica, cultivó una gran espiritualidad marcada por el carisma franciscano.
Ella es la Beata Ángela Salawa.
Pidamos al Señor que nos conceda vivir la vida con tanta confianza en él, con la Beata Ángela:
Dios misericordioso, con vuestra inspiración la Beata Ángela Salawa participó en la misión profética, sacerdotal y real de Cristo, llenándose con el amor de su vocación como fiel Sierva.
Concede que por su intercesión, seamos fieles a la gracia del bautismo, para que de buen grado sirvamos al Señor y a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
La Beata Ángela nos da esta enseñanza:
“Cuando me asalta una preocupación por la vida temporal, yo le opongo, como respuesta, que Dios es Padre y que tengo que permanecer con toda confianza bajo su protección”.
Muchos nos estarían satisfechos ante esta respuesta, porque tienen muchos problemas en su trabajo, familia… en su vida diaria.
Pero recordemos que nuestra actitud ante los problemas, depende de aquellas fuentes de donde sacamos nuestra seguridad.
Si nuestra fuente, es el dinero, la belleza, la inteligencia, la fuerza, las amistades importantes o mil cosas externas, nuestra actitud va a ser gobernada por cosas que no nos dan respuesta a lo más importante.
Si nuestra fuente es Dios, nada nos detendrá, porque su misericordia nos ayudará a encaminar nuestra vida.
Bebamos de la fuente correcta, de la fuente de la Vida.
Un Padre Dios que nos ama es nuestra única seguridad.
Beata Ángela Salawa,
Ruega por nosotros.