Bendiciones para todos de parte del corazón generoso de nuestro Dios, que nos ha dado la vida.
Ojalá que encontremos muchas maneras de ayudar a otros a recibir un bien y darles una sonrisa.
En estas sencillas cosas, los santos dejaron huella en las personas que compartieron con ellos y en ocasiones, transformaron la vida de personas que ya no tenían, incluso, esperanzas de vivir.
Dejemos que los santos de este día, 19 de marzo, nos llenen de alegría con sus testimonios.
Algunos de ellos son:
Solemnidad de san José; san Juan de Spoleto, abad; beato Isnardo de Chiampo, presbítero religioso; beato Andrés Gallerani, laico; beata Sibilina Biscossi, virgen;
Beato Juan de Parma Buralli, presbítero religioso; beato Marcos de Marchio, presbítero religioso; beato Narciso Turchan, presbítero religioso y el beato Marcelo Callo, mártir.
Para la alegría de muchos de sus devotos, hoy compartiremos la historia del Patriarca de Nuevo Testamento, y también nuestro padre protector.
Es el bienaventurado San José.
El papa Pío XII, nos da este consejo:
"Si quieres estar cerca de Cristo, te repito: ¡Ve a José!"
Este Papa en 1955 añadió un segundo día festivo para san José, el 1 de mayo, celebrado como el Memorial de San José Obrero.
Oremos con esta breve oración y pidamos las mayores gracias para ser dignos hijos de Dios:
Oh San José, modelo de humildad y obediencia, te pedimos que nos enseñes a aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas, como tú lo hiciste con humildad y confianza. Ayúdanos a seguir tus pasos y a ser dóciles a la voz de Dios en cada decisión que tomemos. Amén.
Se han desarrollado distintas devociones como rosarios, coronilla, jaculatorias y meditaciones con las cuales, san José, nos abre una nueva y poderosa puerta para crecer en santidad.
No sólo es Padre terreno de Jesús; es padre de cada miembro de la Iglesia y nos cuida para llegar a cumplir la misión que el Padre Celestial nos ha dado.
Su vida es ejemplo de humildad, paciencia, prudencia, obediencia, castidad, fidelidad, valentía y esfuerzo.
Dejemos que este maravilloso santo nos conduzca a vivir con arrojo y alegría nuestra fe cristiana, y no demos pausa a nuestra santificación, llenos de inmenso amor a Jesús y a María como lo tuvo Él.
San José,
Ruega por nosotros.