Listen

Description

Bienvenidos a disfrutar de un nuevo episodio del Catálogo Divino.

 

En esta variedad de experiencias de santidad, podemos descubrir que Dios puede transformar de maneras muy sorprendentes las vidas de los creyentes,

 

...y no se sabe de qué manera se convierten en grandes instrumentos de su gracia, para la alegría del mundo.

 

Pidamos al Señor nos conceda ser esos grandes instrumentos por medio de la intercesión de los santos que se recuerdan hoy, 20 de marzo:

 

Algunos de ellos son:

 

San Arquipo de Colossi, mártir; Beato Bautista Spagnoli, religioso; San Cutberto de Lindisfarne, Obispo; Beato Francisco de Jesús, María y José,  presbítero; Beato Ambrosio Sansedoni, presbítero;

 

Beata Juana Véron, Virgen y mártir; San José Bilczewski, Arzobispo; Beato Hipólito Galantini, Laico; Santa María Josefa del Corazón de Jesús, religiosa; San Martín de Braga, Obispo;

 

Santos Mártires de San Sabas; San Nicetas de Apolonia, Obispo; Santos Pablo, Cirilo y compañeros mártires; San Urbicio de Metz, Obispo y San Vulframno, Arzobispo.

 

Hoy, conoceremos la vida de un sacerdote dominico que se formó junto a dos grandes santos y se destacó por una brillante manera de predicar, al mismo tiempo con una gran sencillez de vida.

 

El es el beato Ambrosio Sansedoni.

 

Oremos al Señor para que nos conceda ser dóciles a su Palabra y evangelicemos con alegría:

 

Dios lleno de misericordia, que la celebración de la memoria del beato Ambrosio alegre a tu Iglesia; concédenos, por su intercesión, la ayuda de tu gracia para que también nosotros seamos en la Iglesia portadores de paz y de doctrina y merezcamos llegar a los gozos eternos. Amén.

Dice el Evangelio de San Lucas en el capítulo 6, versículo 45.

“De la abundancia del corazón habla la boca.”

Como seres humanos, tenemos en la palabra, un poder que puede destruir y puede edificar.

Como católicos, estamos llamados a que nuestras palabras, siempre puedan ser puentes de unión y constructoras de paz.

El Beato Ambrosio fue un gran reconciliador; utilizó su elocuencia para subsanar los conflictos y llegar a acuerdos que parecían inalcanzables.

Como buen dominico, siempre buscando la Verdad, cultivó una gran integridad interior y le permitió ser coherente, en la paz que predicaba, con la armonía interior que vivía

No podemos tender puentes de paz si no somos coherentes con nuestra vida.

Sin embargo, si empezamos a reconocer nuestros defectos y errores, y de manera sincera, pedimos perdón a quien ofendemos, ese puente puede empezar a construirse.

Es inmensamente sanador, reconocer la verdad y escuchar aquello que nos corrigen y comprender cómo pueden evitarse los errores al futuro…

Así el poder de la Palabra, beneficia a todos.

Beato Ambrosio Sansedoni,

Ruega por nosotros.