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Beata Pierina Morosini,

vírgen y mártir.

Un saludo de paz para todos los seguidores del Catálogo Divino.

Que el Dios de la vida que nos llena de todos sus dones, conceda a cada uno, las gracias para llegar a ser como aquellos santos que admiramos.

La importancia de conocer las vidas de los santos es imitar sus virtudes y especialmente, descubrir en ellos a cultivar la fe que nos permite superar todos los obstáculos en la vida.

Conozcamos entonces qué santos son venerados hoy, 6 de abril, por nuestra Iglesia Católica:

Santa Gala, viuda; San Eutiquio, obispo; San Filarete, monje; San Guillermo de Dinamarca, abad; San Ireneo, obispo y mártir; San Pablo Lè Bao Tinh, presbítero y mártir; San Pedro de Verona, presbítero y mártir; San Prudencio Galindo, obispo; San Winebaldo, abad; Beata Catalina de Palancia, virgen; Beata Pierina Morosini, virgen y mártir, Beato Ceferino Agostini, presbítero; Beato Miguel Czartoryski, presbítero y mártir y Beato Notkero Bálbulo, monje.

Nació en Fiobbio, diócesis y provincia de Bérgamo, Italia, el 7 de enero de 1931.

El papa Juan Pablo II confirmó que Pierina Morosini había muerto «in defensum castitatis» y la beatificó el 4 de octubre de 1987

Oremos a esta santa mujer que comprendió la excelencia de pertenecer toda ella a Jesucristo con un profundo compromiso como creyente hasta defender su pureza hasta la sangre:

Señor Dios, Tú que eres fuerza de las almas inocentes y te complaces en los corazones limpios; Tú que otorgaste a la beata Pierina Morosini la palma del martirio en la edad juvenil, concédenos, por su intercesión, la constancia en tus mandamientos, el perdonar a los que nos ofenden y darnos a nosotros también, así como a esta virgen le diste la victoria en el combate, la posibilidad de poder librar el nuestro, tomados de tu mano. Amén

En esta época en que se exalta la sexualidad de una manera desbordada y en busca de un placer sin responsabilidades, aparecen testimonios como el de Pierina. Muchos se preguntan por qué alguien ve la virginidad como un estado deseable y espiritual.

Pero para comprenderlo se necesita a Jesucristo. Pues la virginidad es una virtud cuando se vive por amor a Dios. La virginidad es una vivencia espiritual que tiene a Cristo, como modelo de vida.

Buscamos ser como Cristo en todos los aspectos de la vida, y cristo en su compromiso total con la misión que le encomendó el Padre, no se casó y permaneció célibe.

De la misma forma el cristiano, ayudado por el Espíritu Santo acoge este don de Dios, donde el Señor escoge a algunos para hacer un seguimiento cercano de su estilo de vida, continuando en esta reserva de sí mismo para Dios y se llega así hasta la virginidad consagrada. Pero antes de llegar a esta opción definitiva, los niños y los jóvenes, permanecen en esta pureza, porque su manera de expresar y vivir en el amor de Dios, es en el compartir familiar, fraterno y caritativo.

Realmente, no es un ideal inalcanzable, pues nacemos vírgenes. Lo curioso es que desfiguramos esa hermosa integridad de vida, presionados por los estereotipos de la sociedad. La inocencia que antes se defendía tanto, para proteger a los jóvenes y a los niños, ahora se bombardea sin piedad de malos ejemplos, palabras, imágenes y actitudes.

¿Cómo esperamos tener excelentes ciudadanos y verdaderos cristianos si se pone entre la espada y la pared a los que tienen los corazones limpios?

Recordemos que lo que daña al ser humano es lo que sale del corazón, no dejemos que se contamine con la malicia. Defendamos la inocencia.

Beata Pierina Morosini,

Ruega por nosotros.