Un gran saludo fraterno deseándoles salud y paz en sus vidas.
Sigamos juntos descubriendo los tesoros de la Iglesia a través de la vida de los santos.
El Señor se vale de nuestros talentos de manera que, como herramientas en sus manos, logra unas hazañas increíbles por medio de nosotros.
Los santos en las manos de Dios vivieron aventuras sorprendentes, dejémonos sorprender por sus historias.
Escuchemos atentos los nombres de los santos que se veneran, en este día, 22 de marzo:
San Bienvenido Scotivoli, obispo; San Basilio de Ancira, presbítero y mártir; San Epafrodito, laico y cooperador de San Pablo;
San Nicolás Owen, religioso y mártir; San Pablo de Narbona, obispo y mártir; Santa Lea de Roma, viuda y Beato Francisco Chartier, presbítero y mártir.
Hoy, escucharemos la asombrosa historia de un hábil albañil y artesano que construyó muchos escondites para proteger a los sacerdotes en la persecución religiosa de Inglaterra en el siglo XVII.
El es San Nicolás Owen.
Nicolás Owen murió en silencio y fidelidad, pidamos esa misma fidelidad para morir a lo que nos aparta de Dios:
Oh glorioso mártir de Jesucristo, amable protector mío, San Nicolás Owen, ya que el Señor escucha tus ruegos, ayudando espiritual y temporalmente a los que piden sus gracias por tu intercesión, atiende la petición que, con humilde confianza en la bondad de Dios y apoyado en ti, elevo al cielo en mi presente necesidad.
Sirviendo a Dios y ayudado por ti, espero gozar de tu compañía en el cielo. Amén.
Cuántas veces caemos en la tentación de sentirnos superiores que los demás y vivir en franca competencia con todo el mundo, queriendo demostrar que somos mejores que el otro.
En esta lucha interminable, donde al final descubrimos que siempre hay alguien mejor que uno para lo que lo enorgullece, se desatan rivalidades y envidias con resultados desastrosos y el talento se opaca con una pésima convivencia.
Es otro el camino de Dios: donde el talento se pone al servicio de los demás y nos permite abrir caminos y opciones para la felicidad de todos.
Nosotros podríamos ser la respuesta de Dios para alguien necesitado, si somos humildes instrumentos en sus manos.
No dejemos que una competitividad destructiva nos aparte de ser los instrumentos de paz que Dios espera de nosotros.
San Nicolás Owen,
Ruega por nosotros.
