Un saludo fraterno desde Pamplona, Colombia deseándoles la paz y la alegría en el Señor Jesús.
En esta pascua, han renacido nuestras esperanzas.
Qué bueno que todos los buenos propósitos que hicimos en esta cuaresma que pasó fructifiquen en excelentes resultados para nuestro espíritu.
Dejemos que los santos que se esmeraron en vivir cada semana santa como si fuera la primera, la única y la última nos sigan enriqueciendo con sus historias:
Los santos que se veneran en este día 3 de abril, son:
San Sixto I, papa; santos Cresto y Papo, mártires; San Ulpiano, mártir; san Juan de Nápoles, obispo; San Nicetas, hegúmeno o abad oriental;
San José, “Himnógrafo”, presbítero y monje; San Ricardo, obispo; San Luis Scrosoppi, religioso; Beato Gandulfo de Binasco Sacchi, presbítero religioso;
Beato Juan, presbítero religioso; Beatos Roberto Middleton, religioso, y Turstano Hunt, presbíteros y mártires; Beato Pedro Eduardo Dankowski, presbítero y mártir.
Conozcamos al séptimo papa de nuestra Iglesia Católica y cuyo nombre se reza en el Canon Romano de la Misa.
El es San Sixto I
Pidamos al Señor disponga nuestro corazón a descubrir lo importante que es conservar y cuidar la comunión entre nosotros, en medio de nuestra Iglesia, con esta bella plegaria:
¡Señor, ayúdame a ser signo profético de comunión, de alegría y de esperanza allí donde mi vida me lleve y permíteme anunciar la belleza de la Iglesia en la que todos somos hermanos!
¡Ayúdame a cultivar cada día relaciones basadas en el amor, el respeto, la transparencia, la autenticidad, la escucha, la libertad, la confianza, la fidelidad y el respeto mutuo!
¡Envía tu Santo Espíritu, Señor, para que por medio de su amor seamos capaces de crear una auténtica comunidad de hermanos!
¡Envía tu Santo Espíritu, Señor, para que sea el arquitecto de la fraternidad entre todos y para que por medio de Él seamos capaces de derribar los muros que nos separan como consecuencia de nuestros egoísmos, autocomplacencias, orgullo y vanidad!
¡Dispersa de nuestra vida, Señor, los enfrentamientos y las discordias para poder trabajar unidos en pos de la verdad, para construir un mundo en el que impere la fraternidad y el amor!
¡Concédeme la gracia, Señor, de saber convivir con los demás, a ser más fraternal, a tratar bien a cuantos me rodean, a querer el bien para ellos, porque todos somos hermanos y porque todo te lo debemos a Ti que nos has creado! Amén.
San Juan Pablo II en la carta apostólica Novo Millennio Ineunte nos hacía la siguiente invitación :
“Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión”
La espiritualidad de comunión reflejada en el estilo de vida de los primeros cristianos, es también para nosotros la puerta de entrada a participar de esa profunda interacción con las Tres Divinas Personas que en su comunión total de amor, nos invitan a participar de esa corriente irrefrenable de vida, amor y plenitud.
El magisterio de la Iglesia nos enseña que: para vivir la comunión hay que hacer consciente la Presencia de la Santísima Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser reconocida también en el rostro de los hermanos que están a nuestro lado.
Es la Capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para ofrecerle una verdadera y profunda amistad
Esta espiritualidad es el alma de nuestra Iglesia que nos llama a crear puentes de confianza y apertura que valoran plenamente la dignidad y responsabilidad de cada miembro del Pueblo de Dios.
Pidamos al Señor que nos ayude a vivir esta maravillosa experiencia.
San Sixto I,
Ruega por nosotros.