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Vamos dando pasos en el camino de la vida, con una gran esperanza...

 

Deseamos ser felices y que nuestra vida deje una gran huella en el mundo.

 

La única manera es: viviendo la santidad.

 

Sólo Dios puede ayudarnos a enfocar nuestra vida de tal manera que podamos encontrar la felicidad en experimentarla y la mejor huella que podemos dejar es aquella de haber hecho el bien a todos los que nos rodean.

 

De esa manera vivieron los santos, experimentando la felicidad mientras hacían el bien.

 

Conozcamos a nuestros patrocinadores de la gracia en este día, para pedir muchas bendiciones.

 

Los santos venerados hoy, 23 de marzo, son:

 

San José Oriol, presbítero; Santo Toribio de Mogrovejo, obispo; San Fingar, mártir; San Gualterio, Abad; San Otón de Ariano, ermitaño o eremita; San Pedro Higgins, presbítero y mártir;

 

Santa Rebeca de Himlaya, virgen; Beata Anunciata Cocchetti, virgen; Beato Edmundo Sykes, presbítero y mártir; Beato Metodio Domingo Trcka, presbítero y mártir y Beato Pedro de Gubbio, presbítero.

 

Hoy aprenderemos sobre un santo sacerdote que vivió de manera tan generosa la caridad que llegaría a ser conocido como el “doctor Pan y Agua”.

 

El es San José Oriol.

 

Oremos por el crecimiento de nuestra fe por intercesión de este gran sacerdote:

 

Señor, Tú quisiste que san José Oriol fuese un ejemplo admirable de penitencia y brillase por el don de las curaciones; concede a tu pueblo un verdadero espíritu de conversión y la salud del alma y del cuerpo. Amén.

 

El sacramento de la reconciliación es una importantísima fuente de restauración espiritual para nosotros.

 

Nos implica tener autoconocimiento y una formación de la conciencia.

 

...y sobretodo, un sentido profundo de la ofensa que causamos a Dios contradiciendo sus mandamientos, poniendo en peligro el bien de nuestra alma.

 

No tiene sentido pedir perdón a Dios, despreocupados de volver a pecar si aparece la ocasión.

 

Vivir plenamente el propósito de enmienda, es el trampolín para que el crecimiento espiritual se afiance en nuestra vida.

 

Vamos caminando en un proceso espiritual, en el que poco a poco comprendemos mejor la voluntad de Dios y sus enseñanzas.

 

Pero aunque sea un proceso gradual, no dejemos perder el terreno que hemos ganado.

 

La decisión de “no cometer un pecado” debe ser permanente.

 

Es la manera de valorar el amor de Dios por nosotros, que es eterno.

 

San José Oriol,

 

Ruega por nosotros.