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Qué alegría encontrarnos de nuevo para proclamar las maravillas que hace el Señor.

 

Nos llenamos de esperanza y motivación cuando nos damos cuenta que cada cosa que nos sucede es un medio por el cual Dios despierta nuestros potenciales.

 

Dios nos ayuda a dar más de lo que nosotros pensamos que podemos ofrecer.

 

“No hay mal que por bien no venga” y con esa convicción, los santos soltaban sus preocupaciones y sus dolores en las manos de Dios pensando en que el Señor sacaría un mayor bien de todo ello.

 

Descubramos a aquellos guerreros de la fe, que encontraron en Dios, el mejor entrenador en la virtud y la fortaleza.

 

Los santos que son venerados en este día 8 de abril son:

 

San Agabo, profeta; Santos Herodión, Asíncrito y Flegón, colaboradores de san Pablo; San Dionisiso, obispo; Santos Timoteo, Diógenes, Macario y Máximo, mártires;

 

San Dionisio, obispo; San Amancio, obispo; Santa Julia Billiart, virgen; Beato Clemente de Auximo, presbítero religioso;

 

Beato Julián de San Agustín, religioso; Beato Augusto Czartoryski, presbítero religioso y Beato Domingo del Santísimo Sacramento Iturrate, presbítero religioso.

 

Nos sorprende este día la historia de una santa, que dada a formar a los niños en la fe, se esmeró en atender su formación fundando una congregación religiosa, y en difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, a pesar de que todo estaba en contra para lograrlo.

 

Ella es Santa Julia Billiart.

 

Pidamos por intercesión de esta santa que podamos caminar siempre por la senda correcta:

 

Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a santa María Rosa Julia Billiart para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, junto con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

Esta santa patrona de los catequistas nos deja mucho que pensar.

 

No es fácil emprender una fundación cuando la madre general está paralítica y se sufren los rigores de la persecución religiosa.

 

Sin embargo, la convicción de Santa Julia y sus compañeras de comunidad, estaba en saber que el Buen Dios era quien guiaba y dirigía la obra.

 

Para nosotros pueden existir mil limitaciones que pueden poner freno a nuestros más grandes sueños, pero cuando es el Señor quien pone los cimientos y los objetivos de un proyecto, no hay barrera posible para que se realicen.

 

Somos sólo pequeños instrumentos al servicio del Reino de los cielos, y el gran proyecto de Dios supera las cosas transitorias que pueden parecer un imposible para nosotros.

 

Saberse parte de un proyecto con miras a la eternidad nos ayuda a darle el lugar a los problemas y las limitaciones que se merecen y a dejar que la gracia actúe.

 

Santa Julia Billiart,

 

Ruega por nosotros.