Un fraterno saludo en Jesucristo, de paz y alegría para todos.
Retomemos nuestro compartir celestial después de esta semana mayor que tanta riqueza espiritual nos ha dejado.
Sigamos construyendo una vida de santidad, en el ser fieles en lo poco que enfrentamos cada día.
No son la gran cantidad de cosas que hacemos lo que nos santifica...
... sino la conciencia y el amor con que actuamos.
Por ello, los santos se esmeraron en ser fieles en lo pequeño, para que su perseverancia en el bien llegará a la eternidad.
Sigamos el ejemplo de los fieles seguidores de Cristo, especialmente de aquellos que la Iglesia recuerda en este día 10 de abril.
Algunos de ellos son:
San Antonio Vallesio, Religioso y mártir; San Apolonio, Mártir; San Beda “el joven”, Monje; San Fulberto de Chartres Obispo; San Macario de Armenia, Peregrino;
Santa Magdalena de Canossa, Virgen; San Paladio de Auxerre, Obispo; San Terencio y compañeros mártires de Cartago; Beato Bonifacio Zukowski, presbítero y Mártir; Beato Antonio Neyrot de Rivoli, presbítero y mártir.
El santo de este episodio fue un obispo que brilló por su inteligencia pero que siempre quiso ponerla al servicio de difundir la verdadera fe entre los siglos X y XI.
El es San Fulberto de Chartres.
San Fulberto fue un gran defensor de la fe, por medio de la adecuada enseñanza a los fieles. Oremos con esta plegaria de san Pablo VI pidiendo en abundancia el don de la fe:
Señor, haz que mi fe sea humilde y no presuma de fundarse sobre la experiencia de mi pensamiento y de mi sentimiento, sino que se rinda al testimonio del Espíritu Santo, y no tenga otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del Magisterio de la Santa Iglesia. Amén.
En una época en la cual existían muchos temores acerca del esperado fin del mundo del año mil, Fulberto, a través de su labor académica, impulsaba más bien a un pensamiento positivo en pro del progreso y la restauración de la sociedad usando más el saber que las armas.
Así como creyente, fue un gran constructor de paz y creador de espacios de orden y armonía.
Por otro lado, como científico quiso inspirar a su generación a abrir su mentalidad a anteponer la justicia y el respeto, con una actitud reflexiva, técnica y humanizadora.
Es posible que muchos errores en la fidelidad de nuestra fe surjan por una incomprensión o falta de conocimiento de ella.
La sabiduría de Dios ilumina el conocimiento humano para ayudarnos a usar la creatividad para beneficio de la sociedad y cuidando la casa común.
Este es el reto que tenemos como creyentes, invitados a ser más profundos en nuestro saber en la fe y más activos en nuestras propuestas a la sociedad para mejorarla.
Tener piedad no riñe con ser reflexivo, ni con ser emprendedor.
Más bien, la razón nos ayuda a plasmar más efectivamente, los anhelos que se guardan en el corazón y que inspira el Espíritu.
San Fulberto de Chartres,
Ruega por nosotros.