San Gregorio Ostiense
Cardenal
Paz y alegría para todos los que nos encontramos de nuevo a seguir aprendiendo de los santos.Cada día es una oportunidad para ser mejores y en ello los santos nos enseñan a no desanimarnos si las cosas no nos salen bien.
También podemos descubrir cómo nuestra oración y nuestra fe, atraen bendiciones donde nos encontramos.Muchas veces nos enfocamos en lo que hacemos mal, pero no nos damos cuenta que somos una bendición porque tenemos dentro la presencia de Dios.
Por ello, los santos nos contagian esa alegría y esperanza en todo el bien que podemos hacer.
Hoy conoceremos la historia de un obispo que vivió al norte de España, a quien los creyentes invocan para la protección de los cultivos de las terribles plagas que asolaban los campos.
El es san Gregorio Ostiense. No se conocen ni la patria, familia y educación de san Gregorio. Pero se supone que son muchas sus cualidades personales, por los altos cargos que desempeñó.
Se sabe que entró muy joven en la Orden de San Benito, en el monasterio de San Cosme y San Damián de Roma, y ya desde su noviciado brilló por su ciencia y su virtud.
Murió el abad de su monasterio, y Gregorio fue elegido como sucesor.
Desempeñó el cargo con tanto celo, prudencia y suavidad que pronto la disciplina monástica brilló en el monasterio, debido a sus sabias exhortaciones, a sus muchas virtudes y a sus edificantes ejemplos.
Llegado el Santo a Calahorra, y convencido de que la plaga era un castigo de Dios por la mala salud moral y espiritual del pueblo, organiza rogativas, predica penitencia y pide reformar las costumbres.
Conseguido su deseo, bendice los campos afectados por la langosta, y ese insecto queda totalmente aniquilado.
Conocida la noticia del milagro, y los pueblos cercanos piden la presencia del Santo.
Éste acude a las llamadas, y siguiendo el mismo proceso acaba con las plagas.
Oremos para alejar las plagas que devoran nuestra alma pidiendo al Señor que nos proteja y restaure:
Señor Jesús, Te suplico por favor, ven a mi vida, Cúbreme con tu Sangre Preciosa. Sana mi mente, mi cuerpo y mi espíritu. Sé de lo que eres capaz, poderoso en tus milagros.
Me desprendo de mi falta de fe y me entrego a Ti. Entrego todas mis situaciones en tus manos. No hay límites para tu amor y tu sanación. Sé que dispondrás de todas las cosas a mi favor.
Gracias, señor Jesús, porque sé que ya estás aquí sanándome y bendiciéndome. Amén.
Los desórdenes que sufre la naturaleza están muy vinculados al desorden que entró en la creación a causa de nuestros pecados.
Pero como dice la Palabra, la Creación entera espera expectante que nosotros recobremos nuestra libertad de hijos de Dios para que la naturaleza pueda ser renovada y sanada también.
Pensemos cuánta influencia tienen nuestras decisiones, afectando el entorno en que vivimos.
Recordemos que dañar la armonía de la naturaleza con la contaminación, la devastación de los recursos, la deforestación, las basuras y la destrucción de las distintas especies, va en contra de la voluntad de Dios de que vivamos en un mundo ordenado y armónico donde se cuide de todo lo que existe con responsabilidad y sentido del bien común.
Destruir la naturaleza es dañarnos a nosotros mismos. Cuando decidimos ser responsables con el medio ambiente, también optamos por la santidad, pues esto significa cuidar los dones de Dios.
Seamos también bendición para la naturaleza restaurándola con un mejor uso de sus recursos y con la restauración de la gracia en nuestras almas.
San Gregorio Ostiense,
Ruega por nosotros.