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Les damos la bienvenida a un nuevo episodio del Catálogo Divino.

 

Es la vitrina donde podemos verlas maravillosas y distintas historias de los santos y aprender de cada uno de ellos.

 

La situación para cada santo cambia según el entorno en que vive.

 

Pero hay algo que en todos los ambientes y circunstancias no pierde nada de su poder:

 

Es la Palabra de Dios.

 

Siempre a tiempo y a destiempo nos llama a la conversión.

 

Y por ello, en todas las épocas y culturas, el Evangelio ha tocado los corazones de las personas para que acojan a Jesucristo como su Salvador.

 

Los santos escucharon ese llamado. Pidámosle a ellos que nos ayuden a apropiarnos del Evangelio.

 

Pidamos esta gracia a los santos que son recordados por nuestra Iglesia en este día, 17 de abril:

 

San Acacio de Melitene, Obispo; Beata Clara Ganibacorti, virgen; San Donnan y compañeros mártires; Santos Elías, Pablo e Isidoro, Mártires; Beato Enrique Heath, presbítero y Mártir; Beato Jacobo de Cerqueto, presbítero; San Inocencio de Tortona, Obispo; Santa Catalina Tekakwitha, laica;

 

Beata Maria Ana de Jesús (Navarro), virgen; San Pantagato de Vienne, Obispo; San Pedro de Melitene, Mártir; San Roberto de Chaise-Dieu. Abad; San Roberto de Molesmes, Abad y Santos Simeón Bar Sabas, Ustazades y compañeros mártires.

 

El día de hoy, conoceremos a la primera santa perteneciente a la tribu norteamericana Piel Roja y es Patrona del medio ambiente y de la ecología.

 

Ella es Santa Catalina Tekakwitha.

Oremos a esta piadosa mujer que dio valientemente su testimonio de fe en medio de su pueblo:

 

Santa Catalina, alma encendida de caridad, que diste heroico ejemplo de paciencia y mortificación, concédeme firmeza y adelanto en la fe, esperanza y caridad; tú que fuiste elegida por Dios entre los humildes y olvidados; que por tus virtudes, amor y lucha por defender tu fe brillaste con luz propia y fuiste colmada de santidad; que enseñaste a tu pueblo a amar con pureza a Jesús y a María, alcánzame que mi corazón se encienda de amor hacia Ellos, así como hacia mis hermanos los hombres,

y que imite tu sencillez y tus virtudes en todo momento. Amén.

 

Nuestro encuentro con Dios, no se queda solamente en una experiencia piadosa de paz.

 

Descubrir que Dios nos ama y se revela a nosotros, nos debe disponer a dar nuestra respuesta de fe.

 

Esa respuesta de fe, generalmente implica un cambio en nuestro estilo de vida dejando atrás las actitudes y acciones que desagradan a Dios.

 

Santa Kateri dejó incluso su pueblo, su familia, en busca de la voluntad de Dios.

 

Para muchos, desprenderse del que dirán es muy difícil y por ello, no asumen, lo que por conciencia saben que deben cambiar en su vida.

 

Pidamos a esta santa que nos preocupe más lo que Dios piense de nosotros, que las críticas de la gente.

 

No podemos despreciar por tan poco, la vida eterna.

 

Si nos falta fuerza recordemos que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.

Santa Catalina Tekakwitha,

 

ruega por nosotros.