Un cordial saludo para todos los seguidores de Catálogo Divino.
Esperamos se encuentren cargados de amor y gracia para seguir adelante en el sorprendente camino de la santidad.
Meditar en la pasión de Nuestro Señor Jesucristo nos ayuda a descubrir el inmenso amor de Dios por nosotros y cuánto le debemos agradecer.
La mejor manera de ser agradecidos es poner en práctica sus enseñanzas y ponerse a su disposición para ayudar a crecer la comunión en la Iglesia.
Así lo hicieron los santos.
Conozcamos a los bienaventurados que se recuerdan hoy, 19 de abril, y que pusieron todo de su parte, para ser luz en medio del mundo con su testimonio:
Ellos son: San León IX papa; San Elfego, arzobispo y mártir; San Geroldo, eremita; San Jorge de Antioquía, obispo, Beato Conrado de Ascoli, Religioso;
San Mapálico, mártir; Santa Marta de Persia, virgen y mártir; Beato Bernardo, Penitente y Beato Jacobo Duckett, laico y mártir.
Hoy aprenderemos sobre la vida de un arzobispo de Canterbury, el cual fue mártir mientras intentaba detener la violenta invasión de los daneses en Inglaterra.
El es San Elfego.
Las condiciones injustas dentro de la sociedad, muchas veces se mantienen porque se adoptan como si fuera algo normal de la vida.
El temor a confrontar a quien se equivoca, con los argumentos justos del respeto a la dignidad de las personas y al bien común, hace que se alimente la corrupción.
A veces ser corrupto no es sólo robar bienes del tesoro público; ser corrupto es contaminar aquello que es legal, transparente, legítimo.
Si somos verdaderos creyentes en Jesucristo, no podemos esperar a que las personas cambien para cambiar nosotros, y mucho menos pagar con la misma moneda a quienes son deshonestos con nosotros.
Necesitamos ser valientes y decididos, para ser buenos. Hay que tener carácter y audacia para ser honestos y correctos en la vida.
Cambiaremos la sociedad en cuanto lo hagamos, siendo honestos y transparentes en nuestra vida de pareja, de familia, de hogar.
Si los demás siguen el mal camino, que al menos nuestra vida les recuerde lo que es correcto delante de Dios y algún día sigan nuestro ejemplo, pero no nos dejemos vencer por el mal.
Hay que vencer el mal con bien.
San Elfego,
Ruega por nosotros.