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En los caminos de Dios, podemos encontrar toda clase de situaciones.

 

Pero en todas, siempre debemos preguntarnos: ¿Cómo actuaría Jesús?

 

El Evangelio es nuestra guía en toda ocasión.

 

Qué bueno que sea nuestra brújula en nuestro caminar y nunca perdamos la meta.

 

De esa manera, los santos también fueron trazando el camino de su vida, buscando en todo seguir los pasos de Jesús.

 

Pidamos a ellos, la gracia de ser fieles discípulos, así como los santos que hoy recuerda nuestra Iglesia católica.

 

En este día 21 de abril se recuerdan los siguientes santos:

 

San Anselmo de Canterbury, obispo y doctor de la Iglesia; San Anastasio, hegúmeno o abad oriental;  San Apolonio, filósofo; San Aristo de Alejandría, presbítero y mártir;

 

San Conrado de Parzham Birndorfer, religioso; San Maelrubo, abad; San Román Adame Rosales, presbítero y mártir; Beato Bartolomé Cerveri, presbítero y mártir y Beato Juan Saziari, religioso.

 

El santo de este episodio es un brillante obispo y filósofo que inició la llamada escuela escolástica, en la cual también surgieron filósofos como san Buenaventura, Santo Tomás de Aquino y el beato Juan Duns Scoto.

 

El es San Anselmo de Canterbury.

Oremos con una de sus plegarias para ella:

 

¡Oh bendita entre todas las mujeres, que vences en pureza a los ángeles, que superas a los santos en piedad! Mi espíritu moribundo aspira a una mirada de tu gran benignidad, pero se avergüenza al espectro de tan hermoso brillo. ¡Oh Señora mía!,

yo quisiera suplicarte que, por una mirada de tu misericordia, curases las llagas y úlceras de mis pecados; pero estoy confuso ante ti a causa de su infección y suciedad. Tengo vergüenza, ¡oh Señora mía!, de mostrarme a ti en mis impurezas tan horribles, por temor de que tú a tu vez tengas horror de mí a causa de ellas, y sin embargo, yo no puedo, desgraciado de mí, ser visto sin ellas. Amén.

 

Tratar de comprender nuestra fe a través del razonamiento hace parte de los momentos de crecimiento en nuestra identidad como católicos.

 

Por ello, los que deseamos profundizar más nuestro conocimiento, tenemos la guía segura de las enseñanzas de la Iglesia,

 

Nuestra Iglesia, guiada por el Espíritu Santo y a través del esfuerzo y dedicación de muchos sabios, nos ha dejado una gran riqueza para estudiar pero sobre todo para practicar.

 

Sin embargo, recordemos que el estudio debe ser un alimento para nuestra piedad y nuestra obediencia a la voluntad de Dios.

 

Pues es lo que practicamos y no lo que memorizamos, lo que nos alcanza la salvación.

 

San Anselmo,

 

Ruega por nosotros