Listen

Description

Comenzamos el mes preferido de todos los devotos de la Virgen María.

 

…Y al amparo de un gran patrono, el bienaventurado San José.

 

En este mes en que vive la alegría de la Pascua, dejémonos contagiar de la alegría de los santos que se gozaban en descubrir el amor de Dios por la humanidad y luchaban por no cerrar su corazón al encuentro con los demás.

 

Que este catálogo divino sea un bocado espiritual para todos en este día que llene de fuerza sus almas.

 

En la pasada temporada del Catálogo Divino conocimos acerca de la historia de la solemnidad de San José Obrero.

 

En esta ocasión conozcamos una nueva historia que llene de luz nuestro día.

 

Pero antes no olvidemos repasar los nombres de los santos que junto a San José se recuerdan en este 1° de mayo:

 

Ellos son:

 

San Jeremías, profeta; San Andéolo, mártir ; San Torcuato, obispo y otros seis obispos;  San Amador, obispo; San Orencio, obispo; San Brieuc, obispo y abad; San Segismundo, rey; San Marculfo, ermitaño y abad;

 

San Asaf, abad y obispo; San Arigio, obispo; San Teodardo, obispo; San Peregrino Laziosi, religioso; Beata Petronila, virgen; San Agustín Schoeffler, presbítero religioso y mártir; San Juan Luis Bonnard, presbítero religioso y mártir;

 

San Ricardo Pampuri, religioso; santos Orencio y Paciencia, esposos; Beato Aldebrando, obispo; Beata Mafalda, virgen; Beato Ubaldo de San Geminiano, ermitaño; Beato Julián Cesarello, presbítero religioso y el Beato Clemente Septyckyj, presbítero religioso y mártir.

 

En este día tenemos el testimonio de vida de un “doctor santo”, que transformó su carrera en misión de santidad y vivió ejemplarmente la vida religiosa.

 

Se trata de San Ricardo Pampuri.

 

Oremos con esta preciosa plegaria escrita por un hermano de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios para encomendarnos espiritualmente a este santo, humilde servidor de todos:

 

San Ricardo Pampúri, has caminado un tiempo por las calles de nuestra tierra, has rezado en el silencio de nuestra Iglesia, has servido con amor e inteligencia a los enfermos en nuestras casas, has sido acogedor hacia cada persona que te ha buscado.

 

También yo te busco y me acerco a Ti, para que tú me ayudes a sanar en el cuerpo y en el espíritu y obtenga del Señor tu misma Fe. Amén

 

Un trabajo se convierte en una misión cuando se le da el sentido del servicio.

 

Cada uno de nosotros tiene el deber y el poder de dar sentido a todo lo que hace y a todo lo que le pasa.

 

San Ricardo hizo lo que una persona prudente hace, cuando la guía el Espíritu Santo.

 

Ricardo vivió cada oportunidad de encuentro con las personas que Dios puso en su camino, una ocasión de hacer el mayor bien posible, sin esperar nada a cambio.

 

Aunque Jesús curó a muchos enfermos, los atendió uno a uno.

 

Lo mismo nosotros, en nuestro trabajo o en cualquier escenario de la vida, comúnmente nos encontramos atendiendo uno a uno, a las personas que el Buen Dios nos encomienda para servirles.

 

Lavando los pies de sus asombrados discípulos, Jesús dejó muy claro que no vino a ser servido, sino a servir.

 

¿Acaso, cristianos, no hemos nacido nosotros para hacer lo mismo?

 

San Ricardo Pampuri,

 

Ruega por nosotros.